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Barcelona cultura

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Marquerie y Lorca: dos mitos cara a cara

Mié 17/07/2024 | 10:00 H

Por Andreu Gomila

'Poeta en Nueva York' es, sin duda, una de las obras maestras de la literatura en español del siglo xx, obra de un autor, Federico García Lorca, que sigue pisando los escenarios casi un siglo después de su asesinato a manos de militares franquistas. Carlos Marquerie, por su lado, es uno de los referentes indiscutibles del teatro español de nuestro tiempo, en solitario, como director, dramaturgo, pero también como iluminador, ya que ha trabajado con los más grandes, de Angélica Liddell y Rodrigo García a Carlota Subirós y Sílvia Pérez Cruz. En el Grec 2024 podremos ver el trabajo de Marquerie con la poesía de Lorca.

La relación
“Tengo una relación con el libro desde hace muchísimos años. Ya cuando empezaba, con las marionetas, me decían que tenía que montar a Lorca. Y a mí no me atraía mucho. Me gustaba mucho 'Poeta en Nueva York', pero era incapaz de entender cómo llevarlo a escena. Ahí se quedó. Con los años, oí mucho a Morente y pensé que quizá sí era el momento de volverlo a leer. De hecho, me di cuenta de que tenía otra forma de encadenar los versos, que mi forma de ver la escena era menos lineal, mucho más fragmentada, y que había una posibilidad de hacerlo. Por otra parte, está el equipo que hemos construido, con una compenetración muy fuerte”.

Enrique Morente y 'Omega'
“En una época escuchaba 'Omega' mientras trabajaba en el taller. Me fui familiarizando con él. Después trabajé con Sílvia Pérez Cruz. En la primera improvisación que hicimos con Rocío Molina para ‘Grito pelao’, ella metió el ‘Pequeño vals vienés’. Ver toda la progresión que tiene ese texto desde que lo escribe Lorca en 1929, la versión de Leonard Cohen y estar tan próximo a él. En ‘Grito pelao’ no acabó saliendo...”.

"Yo vivo en el campo y, cada vez que asomo por la mañana y veo el paisaje, pienso que mi padre, mi abuelo, sus miradas, han modificado este paisaje. Yo leo a Lorca desde esa modificación"

El paisaje
“Yo vivo en el campo y, cada vez que asomo por la mañana y veo el paisaje, pienso que mi padre, mi abuelo, sus miradas, han modificado este paisaje. Yo leo a Lorca desde esa modificación. No puedo evitar mirar los dibujos que hizo mi padre de este paisaje y, de alguna forma, la mirada de las personas es parte del paisaje de la misma manera que la lectura de los versos de Lorca forma parte de ellos mismos”.

'Poeta en Nueva York': la atracción
“Lo que más atrae de 'Poeta en Nueva York' es su gran contradicción. Hay una pasión por Nueva York y hay algo que no le gusta nada de Nueva York. Eso me gusta. Es un libro excesivo. No es un libro como se hacen ahora los libros, diseñados previamente. Es un libro hecho a borbotones, con pasiones, con una profunda melancolía, con una soledad grandísima. Pero al mismo tiempo Lorca era una persona festiva y es un poema escrito en los amaneceres solitarios. Esa especie de agujeros que tiene el libro hace que parezca incompleto. Cuanto más lo lees, más vacíos encuentras. Hay puntos donde la razón no puede entrar. Y quizá haya sido una de las normas que nos hemos puesto: bucear en esos agujeros y no darles lógica, sino naufragar en ellos”.

"Siempre he intentado huir de lo tópico, pero es verdad que la muerte de Federico inunda su obra. Es inevitable. Y mucho más en 'Poeta en Nueva York'"

Niño de Elche
“Hace tiempo que tenemos amistad. Trabajé con él e Israel Galván. Y trabajó en mi anterior obra, en 'Descendimiento'. Para 'Poeta en Nueva York', me preguntaba quién podía cantar un blues sin hacer flamenco fusión al uso. ¿Quién puede cantar una canción popular? Siempre me lo imaginaba cantando canciones folk americanas. No lo hace, pero creía que lo podía hacer... Él solo me puso como condición, no tener que poner música a los poemas de Lorca. Ya están harto musicados, ¿qué vamos a aportar ahí? Así que hemos trabajado desde las canciones populares de Lorca hasta trabajos más experimentales con la voz, los sonidos. Hemos puesto poemas de Langston Hughes, poeta del Renacimiento de Harlem, también de Walt Whitman. De repente se ha expandido, no tanto para describir el contexto, pero sí para construir el contexto desde el cual Lorca escribió”.

El mito Lorca
“Siempre he intentado huir de lo tópico, pero es verdad que la muerte de Federico inunda su obra. Es inevitable. Y mucho más en 'Poeta en Nueva York', que en muchas ocasiones es premonitorio, que está filtrado de su propia muerte. No puedes pensar en Lorca y dejar de lado todo lo que ha generado a su alrededor”.

El iluminador
“Yo empecé a hacer las luces para mis obras y luego algún amigo me dijo: ¿por qué no me ayudas con eso? ¡Que no tengo dinero! Así me convertí en iluminador... No he dejado de hacer mis obras, pero trabajar como iluminador me ha permitido tener un ritmo muy propio. No puedo hacer una obra al año: soy lento, me gusta el detalle... Tardo tres años en hacer una obra. Levantar una obra en equipo me gusta mucho. Me gusta ser parte de un engranaje y, como director, soy muy consciente de ello, que soy director de un equipo y soy parte de un equipo. No le voy a decir a Jesús Rubio cómo tiene que bailar. Ni a Niño de Elche cómo tiene que cantar. En ese sentido, es un placer. El equipo es lo que construye una obra”.

Aprendizaje
“Trabajar con otros me ha dado muchísimo. No he dejado de aprender. No me gusta meterme mucho en los procesos cuando trabajo de iluminador. He aprendido mucha dramaturgia, mucho oficio. Puedo presumir de tener oficio, saber resolver los problemas y hacerlo con rapidez. Y de haber trabajado con Rodrigo García, con Angélica Liddell, con Carlota Subirós... Me considero un privilegiado. He podido trabajar muy libremente”.

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