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La grandeza de la Xirgu
La fue a ver el presidente de la Generalitat, Francesc Macià, que no quiso perderse el gran estreno de la temporada; igual que antes, en la première celebrada en el Teatro Romano de Mérida, había ido a verla el presidente de la República, Manuel Azaña. La cita barcelonesa, a mediados de setiembre de 1934, prometía y los aplausos dieron fe de que las expectativas no habían quedado defraudadas: la gran Margarida Xirgu se enfundaba los ropajes de Medea en una puesta en escena que utilizó como escenografía las piedras del anfiteatro griego igual que antes había utilizado las romanas de Mérida y en la que la acompañaba el actor Enric Borràs. Aquella fue una de las composiciones más recordadas de la Xirgu.
Escribió Miguel Unamuno, quien había sido el traductor del original firmado por Séneca: Yo no he hecho nada más que hacer hablar a Séneca en castellano. Séneca no hizo nada más que explicar la historia de Medea. Pero Margarita Xirgu ha hecho Medea. Ha convertido a este personaje, imaginario o real, en un ser vivo que se apodera de nosotros en cuerpo y alma.
Después el Grec ha acogido a muchas otras Medea. Incluso ha habido actrices que la han interpretado con éxito en más de una ocasión. Te acuerdas de quién fue? No, pues otro día te lo explicaremos.