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Héroes y heroínas de los festivales europeos. Los 10 artistas del momento
Por Andreu Gomila
Europa se va recuperando poco a poco de los efectos de la pandemia en el sector teatral. Una vez teatros abiertos en todo el continente hay una serie de nombres que, según lo que pudimos ver el verano pasado en los grandes festivales, de Viena en Aviñón, han ocupado los puestos más llamativos con espectáculos muy potentes que trasladan a la escena algunos de los temas que están sacudiendo Europa: la inmigración, el legado, la historia, la decadencia... Algunos han pasado por Barcelona y otros no y ya los esperamos con ansia. Hay jóvenes que ya no son promesas sino realidades y maduros con una trayectoria sólida que van llegando al clímax.
Édouard Louis: no es dramaturgo, ni actor, ni director, pero ahora mismo es la vedette más destacada del teatro continental gracias a un pequeño ensayo titulado 'Quién mató a mi padre'. El escritor francés explica una relación muy compleja y turbulenta con su progenitor y analiza su muerte. Es un texto duro y breve, donde no ahorra detalles. Ivo Van Hove, Thomas Ostermeier y Milo Rau le van detrás. El primero ha hecho una versión con el gran Hans Kesting, el segundo acaba de estrenar obra en la Schaubühne y el tercero prepara otra pieza una con el mismo Louis en escena. Ostermeier llevó al Temporada Alta 2018 la adaptación de su novela 'Violencia'.
Emma Dante: la tendremos en el Teatre Lliure a finales de año con 'Misericordia', una pieza conmovedora y sencilla que nos presenta a tres prostitutas que cuidan de un enfermo mental. La directora y dramaturga siciliana fue una de las grandes estrellas del último Festival de Aviñón, que le hizo una especie de antológica con 'Misericordia' y 'Puppo di zuchero' y la proyección de los filmes 'La Sorelle Macaluso' y 'Palermo'. Sus obras son muy plásticas, muy próximas al teatro físico, sin casi escenografía, de carácter popular, con gente de la calle como protagonista. Se huele Sicilia por todos lados.
FC Bergman: nacidos bajo el auspicio del Toneelhuis de Amberes, el colectivo de artistas belga (Stef Aerts, Joé Agemans, Matteo Simoni, Jonas Vermeulen, Thomas Verstraeten, Marie Vinck) es, sin duda, uno de los fenómenos teatrales del continente. Son autores de espectáculos insolentes, poéticos y a menudo sin palabras, de una gran potencia plástica. Todo esto era 'The Sheep Song', su última pieza, que dejó el Holland Festival y el Festival de Aviñón con la boca abierta, la historia de una oveja que quiere convertirse en persona y que no es otra cosa que una parábola sobre la diferencia. la religión, el cine, la historia del arte son sus fuentes de inspiración. No han estado todavía en Barcelona, pero sí en Madrid y en Sevilla.
Julie Deliquet: directora desde 2020 del Théâtre Gérard-Philipe (Saint-Denis, Isla de Francia), la francesa es la gran esperanza blanca de las artes escénicas del Hexágono. Directora clásica con una gran capacidad para levantar montajes de gran impacto emocional, se la recuerda por la puesta en escena de versiones de Chéjov y por las adaptaciones teatrales de tres grandes películas del siglo XX y XXI: 'Fanny y Alexandre' de Bergman , 'Cuento de Navidad' de Desplechin y 'Huit heures ne font pas un jour' de Fassbinder. Sabe sacar todo el jugo a los intérpretes y es conocida por empujarlos hacia la improvisación. Tampoco ha puesto un pie en ningún teatro catalán.
Kornél Mundruczó: el público que vio la versión teatral del 'Desgracia' de J. M. Coetzee en el Festival de Aviñón 2012 no podrá olvidar aquella experiencia... Los que aguantaron hasta el final. La crudeza, la brutalidad del director húngaro, fue tan bestia que una buena parte del público abandonó el Liceo Mistral a los quince minutos de función. Y es que Kornél Mundruczó no se pone por poco. Es, hoy en día, el director del este de Europa más bien situado en los teatros y festivales del continente. En Aviñón, este verano, mostró 'Una mujer a pedazos', levantada con una compañía polaca, prueba de naturalismo extremo, con una dirección de actores milimétrica y una gran potencia visual. No en vano, Mundruczó también es director de cine. En el Lliure, la próxima primavera, podremos ver 'Imitation of Life'.
Krzysztof Warlikowski: cuando era una joven promesa, en 2008, al que le colgaban el sambenito de heredero de Krystian Lupa, llevó 'Dybbuk' a Temporada Alta, un montaje que, por cierto, poco tenía que ver con el estilo austero y telúrico del maestro polaco. No ha vuelto nunca más a nuestro país. Y eso que, con los años, se ha convertido en una pieza fundamental del teatro europeo, primera espada en teatros y festivales, con piezas de creación o adaptaciones del repertorio. Su última obra, una versión de la 'Odisea' de Homero, con Hollywood como trasfondo, ha recorrido media Europa. Por cierto, conoce muy bien el contexto cultural catalán: terminó su montaje de 'Un tranvía llamado deseo' en el Odéon parisino con 'Qualsevol nit pot sortir el sol' de Jaume Sisa.
Marlene Monteiro Freitas: la bailarina y coreógrafa de Cabo Verde es uno de los nombres al alza en Europa. Este verano estrenó su primera pieza de teatro musical en el Holland Festival y el Wiener Festowochen, una versión del 'Pierrot Lunaire' de Arnold Schönberg. Trabaja con la intensidad como pocas y hemos disfrutado de ella varias veces en el Mercat de les Flors, la última de las cuales fue las 'Bacantes', en 2019. Antes habíamos visto '(M) Imos', con Trajal Harrell, Cecilia Bengolea y François Chaignaud, y 'Guintche'. Trabaja desde Lisboa y tiene el fervor del público allá donde va.
Phia Ménard: los que vieron 'L'après-midi d'un foehn' que la compañía Non Nova de Phia Ménard aún sueñan con el vuelo imposible de las bolsas de plástico que bailaban la música de Debussy. Han pasado cuatro años y Ménard ha girado la proa hacia otros destinos, más cerca del arte contemporáneo, más lejos del circo. Y 'La trilogía de los cuentos inmorales' que estrenó en Aviñón 2021 es la prueba. Tres piezas que exploran la identidad europea, en las que ella misma y sus intérpretes llevan a cabo una hazaña descabellada. Lo que hace Ménard en escena no lo volverán a ver nunca más. Es impactante, importante.
Susanne Kennedy: la directora alemana es la punta de lanza de la vanguardia teatral europea. Lo pudimos comprobar en el Lliure a primeros de 2020 con una versión visual de 'Las tres hermanas' de Chéjov. No habíamos visto nada parecido. Saltó a la fama con 'Las vírgenes suicidas', en 2017, en la Münchner Kammerspiele. Su última creación, 'I am (VR)', es una pieza de realidad virtual en la que los espectadores, uno a uno, pueden preguntar lo que quieran al oráculo. Antes del estreno en el Lliure, le pregunté qué era el teatro para ella: "El teatro sirve para reflejar cosas que se pierden en la vida cotidiana, hace preguntas existenciales que normalmente no te haces. Para mí el teatro no es una forma de vida separada, sino una manera de contemplarla". Así son sus obras.
Tiago Rodrigues: el flamante nuevo director del Festival de Aviñón a partir de septiembre de 2022 es el último gran descubrimiento internacional que hemos hecho aquí. Primero fue el brillante y especial 'By Heart' que vimos en el Grec 2019. Después vendría 'Sopro' en Temporada Alta, donde ya había llevado un 'Antonio y Cleopatra' susurrado. Y la pandemia nos arrebató 'Catarina e a beleza de matar fascistas'. Tiago Rodrigues es un director que trabaja el detalle, la proximidad, el hombre que ha situado el teatro portugués allí donde no había estado nunca, en Europa. Ser el primer caudillo de Aviñón no francés en más de 70 años de historia ya lo dice todo.
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