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Hans Kesting: “'Quien mató a mi padre' es un grito sobre el pasado, el privilegio y la masculinidad tóxica”
Por Andreu Gomila
Hans Kesting lleva veinte años trabajando con Ivo van Hove, en el actual Internationaal Theater Amsterdam y el antiguo Toneelgroep Amsterdam. Ha participado en buena parte de las obras que el director flamenco ha llevado a Barcelona en la última década, desde aquellas maravillosas 'Tragedias romanas'. Sin embargo, ahora vendrá al Grec con su primer monólogo, 'Who killed my father', creado a partir del libro de Édouard Louis 'Quién mató a mi padre'. Un privilegio.
¿Cuál es su relación con el libro de Louis?
Ivo van Hove quería hacer un monólogo conmigo y buscaba material. Un día vino con este libro y me dijo: “He conocido a este escritor en Nueva York; creo que es importante y su obra, también. Léelo y a ver qué te parece, a ver si conectas”. Leí 'Quién mató a mi padre' y conecté enseguida. Es un libro muy político: es un grito sobre el pasado, el privilegio y la masculinidad tóxica y, en parte, es una historia sobre una relación familiar complicada, entre un padre y un hijo. Le dije, por supuesto, que me gustaba el texto y que lo querría hacer.
¿Interpretándolo ha descubierto cosas nuevas?
Lo más divertido es que Louis escribió el libro de manera muy teatral. Todas las historias de la primera parte son como pequeños monólogos. Sé que él tiene muchas conexiones con el teatro, que le gusta actuar, que está interesado... Me maravilló lo fácil que era decir las frases del texto.
¿Cómo preparó a los personajes que interpreta?
No tuve que prepararlos mucho. Bueno, sí... Decidimos hacer este texto cuando empezó la pandemia. Y tuvimos que quedarnos en casa, se paró todo. Después, vino un periodo en que ahora abríamos, ahora cerrábamos. Tuvimos que aplazar el estreno unas cuantas veces. Pero, finalmente, lo pudimos hacer. ¡Estuve meses aprendiéndome el texto! Y, cuando tuvimos la oportunidad de estrenarlo, lo ensayamos en catorce días.
"Le dije a Ivo que quería darles al padre, al hijo y a la madre una presencia física en el escenario, con medios sencillos. No tengo nada a mi servicio"
¿Tan fácil?
Así es como trabaja Ivo. Es un director muy bien preparado. Y hace años que trabajamos juntos. Nos tenemos mucha confianza. Pudimos trabajar muy rápidamente. Estuvo muy bien poder trabajar con él en un monólogo después de tanto de tiempo trabajando juntos. En una pieza tan pequeña en comparación con las obras tan grandes que hacemos, como las 'Tragedias romanas'.
¿Este es su primer solo?
Hice uno cuando estaba en el conservatorio, cuando estudiaba. Así que sí, es mi primer solo.
Aquí hace de padre, de hijo y de madre. ¿Cómo se mueve entre ellos?
Le dije a Ivo que quería darles al padre, al hijo y a la madre una presencia física en el escenario, con medios sencillos. No tengo nada a mi servicio. En el espacio, hay una cama, una bombona de oxígeno, una ventana, una televisión... Louis describe a su padre como alguien totalmente cambiado después de años de suplicio, con una barriga enorme. Así que, cuando soy el padre, me limito a ponerme las manos por debajo del jersey, a fumar mucho... Básicamente, se trata de remarcar las diferencias físicas. Yo soy muy grande, mido 1,93 m, y Louis es más bien pequeño. Cuando soy él, intento ser más delgado. Todo son cambios físicos.
La escritura de Louis es muy directa, nada metafórica. ¿Cómo se siente en escena?
Todo es muy claro. Todos son recuerdos, recuerdos vividos. Hay diferentes maneras de acercarse a ellos, a través de la intensidad, la manera de contarlos.
"Me relaciono con la obra de Louis en ese sentido: yo también vengo de un entorno de clase trabajadora. Pero mi padre no era ni un maltratador, ni un borracho"
¿Se siente próximo a alguno de los personajes?
Me relaciono con la obra de Louis en ese sentido: yo también vengo de un entorno de clase trabajadora. Pero mi padre no era ni un maltratador, ni un borracho. Fue un hombre muy tranquilo. Siempre supe que yo era gay, pero tenía mucho miedo de decirlo. No quería parecerlo y me ponía muy nervioso. Me sentía muy solo, y puedo relacionar esa soledad con la de la obra de Louis. Y también como él, a medida que me hago mayor, y como mucha gente, tengo una relación más íntima con mi padre.
Ivo van Hove dijo en Lisboa, hace ahora dos años, en el Festival de Almada, que, cuando leyó la obra, sintió que hablaba de él. ¿De qué manera ha interferido eso en el montaje?
No mucho. Yo vengo de Róterdam, pero Ivo nació en un pueblo pequeño de Flandes con una población formada, básicamente, por mineros. Su padre era farmacéutico y, cuando era pequeño, lo ayudaba a repartir bombonas de oxígeno entre los mineros que tenían problemas de pulmón. Conoció un ambiente parecido al de Louis. Pero, respecto a la cuestión gay, él siempre dice que no tuvo nunca ningún problema. Lo aceptó de manera muy fácil en su vida.
¿Qué relación profesional tiene con el director? Hace años que trabajamos juntos.
Somos muy próximos. Lo considero un amigo. Hay un gran respeto entre nosotros. Admiro su obra. Él es un poco mayor que yo, pero nuestras carreras han ido en paralelo. Trabajé con él por primera vez en 1989 y, después, cuando pasé a formar parte de la compañía, en el 2002, puedo decir que he podido crecer como actor gracias a su trabajo.
"Actuar no es una profesión fácil. Cuesta mucho hacerlo bien. Y nunca lo haces lo bastante bien..."
¿Qué importancia tiene para usted la compañía del ITA?
Llevo 21 años en ella. Me gusta el espíritu de la compañía, estar con un grupo de personas que trabajan de manera continuada y que cada vez se conocen más. Cada vez hay más confianza y no tienes que pasar por esos momentos difíciles, cuando conoces a alguien, en que tienes que ser educado y vigilar qué dices a tus colegas... No hay muchas compañías en el mundo. Hay pocas. Me gusta el espíritu de la compañía. Y poder actuar en grandes escenarios, en salas grandes.
Pero en esta obra está solo...
Actuar no es una profesión fácil. Cuesta mucho hacerlo bien. Y nunca lo haces lo bastante bien... Me sorprende los nervios que tengo cada vez que hago el monólogo. Estoy solo.
¿No se aburre?
No. Estoy más nervioso de lo habitual. Más que cuando, en una obra normal, estoy tras el escenario esperando el pie para entrar. Estoy yo solo en escena durante una hora y media. No puedo dejar el escenario ni un momento. Y tengo que estar conectado todo el rato.
¿Cuál ha sido la parte más difícil del monólogo?
La primera parte. Es un hombre solo en el escenario contando pequeñas historias, y el camino para contarlas es más o menos el mismo. Es muy cansado. Tenía miedo de que el público se aburriera. Pero, cuando llega la segunda parte, con la disputa que creo entre el padre y el hermano, todo explota.
"En 2005, Ivo dijo que, ahora que ya sabía que podía hacer comedia, no haría ninguna más... Se lo hemos pedido muchas veces, pero no quiere. Lo hizo una vez y se aburrió"
¿De qué forma están cerca 'Who killed my father' y 'Tan poca vida', que vimos en el Grec 2019?
El padre se hiere él mismo, bebiendo, con su agresividad, no sale de ahí. Y Jude, de Tan poca vida, hace lo mismo. El padre bebe para olvidar su vida. Y Jude se corta porque está harto de sus recuerdos. Hay un paralelismo entre los dos personajes.
¿Cuándo lo veremos haciendo comedia?
Se lo tendrías que pedir a Ivo. Hizo una, hacia el 2005, 'The Norman Conquests', de Alan Ayckbourn. Es una trilogía muy inteligente. Hacía de Norman, el protagonista. Fue un éxito mayúsculo. Nos lo pasamos muy bien. Pero entonces Ivo dijo que, ahora que ya sabía que podía hacer comedia, no haría ninguna más... Se lo hemos pedido muchas veces, pero no quiere. Lo hizo una vez y se aburrió.
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