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Entrevista con David Plana, autor y director de "El bon pare"
El bon pare es una obra anticontrol
El bon pare aborda la paternidad, la renuncia a los ideales y la necesidad de crear un relato vital coherente con el objetivo de combatir la absurdidad existencial. Y lo hace a partir de la historia del alcalde de una pequeña ciudad (Lluís Soler), que no puede quejarse de cómo le va ni su carrera profesional ni su vida familiar. Pero como en otras obras del autor y director David Plana (Mala sang, La dona incompleta), las apariencias esconden oscuros rincones, tal como podemos comprobar del 21 al 31 de julio en el Teatro Borràs.
P. Lo que le sucede a El bon pare es un mal contemporáneo?
R. Existe cierta obsesión por ser buenos padres, por intentar hacerlo lo mejor posible. Por educar de forma abierta, para que los hijos nos quieran y que nada se tuerza. Pero El bon pare cuenta que, a veces, las cosas pueden salir mal y también que nos tomamos la vida demasiado en serio. Ésta es una obra anticontrol. Queremos ser padres perfectos, políticos perfectos y, de alguna forma, creo que la obsesión por crearnos este personaje, el de yo lo tengo que hacer todo bien, acaba promoviendo la mentira y la falsedad. Todo ello le pasa factura al protagonista y todo acaba sucediendo a su alrededor sin que él se dé cuenta.
P.- Hay una gran distancia entre padres e hijos?
R.- Sí, los jóvenes no han entrado en este juego de los mayores, que han construido una especie de mundo perfecto, una torre de marfil. Pero crear el mundo perfecto es un poco como El show de Truman, donde todo el mundo hace lo que quieres que hagan. La intención de El bon pare es mostrar que, cuando rascas un poco en este mundo de perfección, caen las máscaras que todos llevamos puestas.
P.- Cómo convenciste a Lluís Soler para protagonizar esta obra?
R-. No me costó nada. Nos conocíamos, los dos somos de Manlleu, y ya habíamos trabajado juntos. En seguida se interesó por el personaje de este hombre pensado para que el público se ría de lo que le pasa. Mi intención es que los espectadores se reconozcan en una reflexión sobre la apariencia y sobre la imagen que todos queremos dar en las redes sociales.
P.- Te gusta explorar las comedias que van al límite. El bon pare es una de ellas?
R.- Sí. Una comedia en la que hay personajes que aprietan el botón de la crueldad. También podríamos hablar de una tragicomedia porque hace referencias al mundo trágico, pero sería una comedia inquietante con mecanismos de desengaño y de catarsis.
P.- A un autor y guionista conocido y premiado como tú (es director argumental de La Riera) le cuesta estrenar?
R.- Es complicado. El nivel de la producción teatral ha empeorado y eso que los autores escribimos textos con pocos personajes. Yo gané el premio Frederic Roda de textos teatrales con Els encantats y todavía no lo he podido estrenar. Por suerte, El bon pare es una apuesta de Vània y Bitó junto con el festival Grec.