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El mismo sueldo para todos
Ya nos disculparás si hoy prestamos atención a la vena más crematística y queremos saber qué cobraban los artistas del Grec'76, que nacía bajo el signo de la autogestión y anhelaba hacer teatro en catalán para todo el mundo. Cierto es que empezaban a circular los nuevos aires democráticos y, fruto de aquel espíritu comunitario, la programación de ese año fue decidida por la profesión. Cierto es también que los artistas acogieron el proyecto con ilusión y que escogieron textos prohibidos durante la dictadura que requerían de amplios repartos, porque la voluntad residía en promover la participación del máximo número de creadores.
No obstante, una de las primeras decisiones que tomaron fue la de fijar los sueldos. Obviando las escalas salariales establecidas por convenio, los artistas del Grec'76 cobraron todos lo mismo: 1.175 pesetas diarias. Sólo para situarte, recordar que en aquella época un kilo de pan costaba alrededor de 40 pesetas.
La programación se fijó en el modelo implantado en el teatro de Montjuïc de 1973 a 1975 por la empresa de Maria Lluïsa Oliveda dotándolo, eso sí, de la singularidad de un tiempo renovador y reivindicativo. En resumidas cuentas, el Grec'76 terminó el 1 de setiembre, después de 24 días en danza, con 28.125 espectadores y una recaudación de 2.882.300 pesetas.
Al balance numérico del primer Grec en democracia habría que añadirle el intangible de la nueva vida para el espacio escénico del Montjuïc. Maria Aurèlia Capmany lo definía así en 1986: Un bon dia, amb els vents democràtics, actors i directors van decidir ressuscitar-lo. No sé ben bé si era una resurrecció, perquè mort, ben mort, no ho va ser mai. Però de vegades també cal ressuscitar els vius que dormiten.