Ya esclarecido el debate sobre los cojines y las butacas, nos adentramos ahora en el laberinto de los faunos, unos seres fantásticos de la mitología clásica, con la parte superior del cuerpo en forma de persona; y las piernas, la cola y las orejas semejantes a las de un animal. A los faunos, que no son agresivos, les gusta tocar la flauta. Y con este perfil es evidente que, tarde o temprano, los faunos tenían que cautivar al Grec.

Los faunos aparecen en escena en 1986 de la mano de Peret, un pintor y grafista que se propuso convertirlos en símbolo del festival. Peret también creó los carteles de 1987, 1988 y 1994. Los dos primeros años, el fauno fue una silueta negra mientras que en 1989 adoptó rasgos más geométricos.

América Sánchez dibujó el fauno del Grec 90 y, al año siguente, Mario Eskenaki recreó un fauno enmarcado por una constelación celestial. A continuación, los faunos se inspiraron en obras de grandes artistas: Francis Closas escogió Faune aux branches, de Picasso; y la Taula de Disseny, Feuilles Eparsés, de Miró. Frederic Amat (1995) y Joan Brossa (1996) fueron los últimos artistas de renombre en diseñar los faunos. En 1997, Xavier Albertí optó por escoger las propuestas entre las presentadas a un concurso público centrado en jóvenes diseñadores.

El estudio Toormix recreó en 2002 el universo de los primeros videojuegos con unos marcianitos que simbolizaron a faunos del espacio exterior. Y en 2003, el estudio La Mosca apostó por un juego de siluetas negras que, juntas, formaban la cabeza de la criatura con la que se identificaba al festival. La dilatada presencia del fauno propició pasar página en 2004 para dar paso a nuevas creatividades. Todo se termina. Pero, No crees que el espíritu del fauno aún sobrevuela el Grec?