¿Qué tendrá que ver la tragedia clásica con una corrida de toros? Explora los elementos comunes entre ambas Angélica Liddell, una creadora que recorre en su teatro unos caminos propios y personales. Ahora, adopta como título una expresión que aparece en el aria final del Tristán e Isolda de Wagner y que incluye en una única palabra los conceptos de amor y de muerte. No es extraño que aparezca aquí, con fuerza, la figura de Juan Belmonte, el torero trágico y espiritual por excelencia, poseedor de un temperamento oscuro, que acabaría suicidándose. Tanto en una tragedia clásica como en una corrida de toros, el hombre se enfrenta a su destino, quizás a la muerte. Y, igual que en el amor, la tauromaquia nos pone en contacto con las emociones más auténticas y primarias. Las primeras tragedias áticas empezaban con sacrificios de animales sagrados como ofrendas a la divinidad. Así, la tragedia y la tauromaquia proceden de la misma violencia primigenia que encontramos en la vida, ya sea en el sexo, en el parto o en la muerte. Decía Valle-Inclán que si el teatro de su tiempo hubiera sido capaz de transportar la violencia estética de una corrida de toros al escenario, hubiera sido un teatro “tan heroico como la Ilíada”. Con estas reflexiones de fondo, Angélica Liddell y su compañía crean en escena una serie de “cuadros metafísicos” basados en episodios de la vida del Pasmo de Triana, tal como se conocía al que se considera fundador de la tauromaquia moderna. Liddell lleva al escenario niños y niñas por bautizar, gatos de angora que traen suerte al torero o bien pistas que apuntan hacia aquella África a la que el torero soñaba con viajar para cazar leones.
Firma la puesta en escena esta dramaturga, directora, actriz y escenógrafa nacida en Figueres en 1966, que se ha convertido en uno de los nombres más respetados de la escena, con una extensa trayectoria internacional, basada en una forma disidente y a menudo incómoda de entender la escena. Fundó la compañía Atra Bilis Teatro en 1993 y ha escrito dramaturgias que se han traducido a idiomas que van desde el francés hasta el ruso y desde el inglés hasta el polaco. Tiene una carrera salpicada de prestigiosos premios, entre ellos el Premio Nacional de Literatura Dramática (2012) en España, el León de Plata de la Bienal de Venecia (2013) o el título de Chevalier de la Orden de las Artes y las Letras que le otorgó el Ministerio de Cultura de la República Francesa el pasado 2017.
Una coproducción de Atra Bilis Teatro, NTGent, Festival de Aviñón, Tandem Scène nationale Arras-Douai, Künstlerhaus Mousonturm (Fráncfort).
Interpretación: Angélica Liddell, Gumersindo Puche, Palestina de los Reyes, Patrice Le Rouzic, Borja López, Ezekiel Chibo Texto, dirección y diseño de la escenografía: Angélica Liddell Vestuario: Angélica Liddell, Justo Algaba Adiestrador de animales: Catvertise Taxidermia: Ferfauna Ayudantía de dirección: Borja López Diseño de la iluminación: Mark Van Denesse Regiduría: Nicolas Guy Michel Chevallier Técnico de sonido: Antonio Navarro Dirección técnica: Tirso Izuzquiza Ayudantía de producción y logística: Saité Ye Dirección de producción: Gumersindo Puche Fotografía: Angelica Liddell