Jan Fabre

Je suis sang es un poema basado en un elemento esencial del cuerpo humano: la sangre. Su punto de partida es la convicción de que pocas cosas han cambiado desde la oscura Edad Media. No ha habido una evolución fundamental y el hombre, en lo concerniente a sus necesidades e impulsos, sigue siendo agresivo hasta el punto de que no es muy distinto de los animales. En cambio, por su sistemática avidez de sangre, se diferencia claramente de los animales. En Je suis sang, Jan Fabre hace de la sangre el elemento central y mágico, aquello que transforma, que marca el principio: la menstruación, la circuncisión, látex, cuchillos, instrumentos médicos... Fabre sabe que la sangre es todavía un tabú. Un tabú que él rompe en este espectáculo que levanta controversia, calificado por la crítica europea de orgía vestida de cuento de hadas, de espectáculo cuya imagen quedará para siempre en la retina del espectador, impresionado por la fuerza visual de una obra dura, intensa y, sobre todo, muy bella, una obra en la que la danza, las canciones y los cuerpos desnudos crean una auténtica bacanal del subconsciente.