Molière, Goldoni o Da Ponte son solo algunos de los dramaturgos y autores de libretos de ópera que quedaron fascinados por la figura de Don Juan, una de las grandes aportaciones del imaginario castellano a la cultura europea, con permiso de Don Quijote. Su historia, dicen, se basa en la de un personaje real que habría vivido en la Sevilla del siglo XVII, pero el primero que puso negro sobre blanco su historia, o una ficción basada en los hechos que habría protagonizado, fue, según dicen, Tirso de Molina, dos siglos antes de que José Zorrilla escribiera su célebre Don Juan Tenorio. Hay dudas, sin embargo, sobre la autoría real de El burlador de Sevilla, una pieza publicada hacia 1630 con fines moralizantes y que nos presenta a un libertino que, a pesar de cometer sus pecados de manera consciente, cree en Dios y confía en el arrepentimiento final y en la clemencia divina para lograr la salvación. Popular desde hace siglos como protagonista de obras de arte, piezas de teatro, sátiras y relatos humorísticos, nos enfrenta a los dilemas éticos, morales e incluso jurídicos que presenta la sexualidad humana. Y la figura que representa no pasa de moda, sino que se adapta, por obra y gracia de los distintos dramaturgos que la han llevado a escena según el momento, ajustándola a las diferentes sensibilidades de cada época. ¿Cuáles serían hoy los poderes morales que perseguirían a nuestro libertino? ¿Con qué límites se encontraría en sus aventuras?
Nos responde en su puesta en escena Xavier Albertí, director, pero también actor, gestor y un compositor con grandes conocimientos musicales que dirigió el Grec Festival de Barcelona desde 1996 hasta 1999, y fue director del Teatre Nacional de Catalunya entre el 2013 y el 2021. Entre muchísimas producciones más, en el Grec 2001 dirigió una pieza basada en textos de Jaime Gil de Biedma y Lluïsa Cunillé, Más extraño que el paraíso; en 2003 interpretó (sentado al piano) el monólogo de Jules Laforgue Hamlet, o les conseqüències de l’amor filial, y durante el Grec 2016 dirigió la versión delirante de La tempestad creada por Jordi Oriol con el título de L’empestat. Son solo tres de las muy variadas creaciones escénicas de Xavier Albertí, pero son buenas muestras de la poética que aplica a sus trabajos y que se basan tanto en la palabra y la imagen como (y lo volveremos a ver en este montaje) en la música.
Una coproducción de la Compañía Nacional de Teatro Clásico y el Grec 2022 Festival de Barcelona .
La función del día 4 de julio dispondrá de un servicio de audiodescripción y acompañamiento para personas con discapacidad visual.
Versión y dirección: Xavier Albertí, Dramaturgista: Albert Arribas, Interpretación: Jonás Alonso, Miguel Ángel Amor, Cristina Arias, Mikel Arostegui Tolivar, Rafa Castejón, Antonio Comas, Alba Enríquez, Lara Grube, Álvaro de Juan, Arturo Querejeta, Isabel Rodes, David Soto Giganto, Jorge Varandela, Escenografía: Max Glaenzel, Iluminación: Juan Gómez-Cornejo, Vestuario: Marian García Milla, Asesor de verso: Vicente Fuentes Espacio sonoro: Mariano García, Ayudantía de escenografía: Paula Castellano, Ayudantía de iluminación: David Hortelano, Ayudantía de vestuario: Emi Ecay, Ayudantía de dirección: Jorge Gonzalo, Fotografía: Sergio Parra
Espacio
Passeig de Santa Madrona, 36, 08038 Barcelona, Espanya