Annobón es una isla situada en medio del océano Atlántico que forma parte de Guinea Ecuatorial. La isla fue utilizada por los portugueses como parada de avituallamiento para los barcos que transportaban esclavos desde el continente africano hasta las costas de América. España la colonizó desde finales del siglo XVIII hasta 1968. En 1973, Annobón sufrió una epidemia de cólera que acabó con la mitad de la población. Guinea Ecuatorial se acababa de independizar de España y lo que ocurría en esta isla africana parecía no importar ni al dictador del país ni a su antigua potencia colonial. La novela Arde el monte de noche (2009) nos traslada a aquella época y narra a través de los ojos de un niño la belleza y la violencia que se vivía en la isla en aquellos tiempos. Es la obra más elogiada del escritor annobonés Juan Tomás Ávila Laurel, refugiado en Sant Cugat del Vallès desde el 2011. Traducido a lenguas diversas, el libro está descatalogado en castellano, el idioma en que se escribió, y nunca se ha publicado en catalán. Tampoco es fácil de encontrar en Guinea Ecuatorial, el séptimo país con menos libertad de expresión del mundo.
Ávila Laurel es el protagonista del documental El escritor de un país sin librerías (2019), presentado en la última edición de la Feria del Libro de Fráncfort (Alemania). El film narra su viaje de regreso a Guinea Ecuatorial, pese al riesgo que asume por ser uno de los principales intelectuales que se oponen al dictador Teodoro Obiang. Este militar, formado en Zaragoza, gobierna el país desde 1979 con un estilo franquista, gracias a la complicidad de las élites empresariales y culturales españolas.
La obra Annobón se estrena en el Grec Festival de Barcelona, interpretada por el actor afrocatalán Ricard Boyle. Está codirigida por Andrea Bel y Recaredo Silebo Boturu, de la compañía Bocamandja, una de las almas de la escena guineana.
El texto nos traslada a un entorno tropical en que todo gira en torno a la pesca y la vida en comunidad. Es un viaje íntimo hasta el único país africano que tiene el castellano como lengua oficial y que, hasta hace 52 años, fue una provincia española más.
Tras su independencia, Guinea Ecuatorial fue borrada de los libros de historia y pasó a ser materia reservada. Esta pieza busca recuperar la memoria olvidada con voluntad de aportar al teatro una perspectiva decolonial. El cuerpo, mediante el movimiento, la palabra y la imagen, dialoga con las representaciones coloniales impuestas, estableciendo una resistencia a través la voz, la lengua, las tradiciones y la herencia cultural autóctona, que perduran pese a siglos de opresión y olvido.
Un recordatorio necesario del impacto que todavía tiene el franquismo y de la huella colonial en un país, Guinea Ecuatorial, del que Barcelona ejerció de metrópoli principal.
Una coproducción del Grec 2021 Festival de Barcelona, Institut del Teatre y Fora de Quadre.
Este espectáculo obtuvo el Premio Adrià Gual 2020 que concede el Instituto del Teatro de la Diputación de Barcelona.
Finalista de la decimotercera edición del Premi Quim Masó de Producció Teatral.
Con el apoyo del Ayuntamiento de Sant Cugat del Vallès, la Generalitat de Catalunya, la Sala Uref de La Floresta, el Centro Cívico Parc Sandaru y el Centro Cívico Drassanes de Barcelona.
La función del 17 de julio dispondrá de un servicio de interpretación en lengua de signos.
Texto original: Juan Tomás Ávila Laurel Adaptación y dramaturgia: Esteve Mulero Codirección: Andrea Bel, Recaredo Silebo Boturu Dramaturgista: Joan Escrivà-Escolà Interpretación: Ricard Boyle Escenografía, diseño de la iluminación y vestuario: Sara Espinosa Espacio sonoro: Ubaldo Visuales: Georgina Surià Imágenes: Josep Gutiérrez Coordinación técnica: Oriol Mestre Técnico de luces: Gabriela Bianchi Videos en las redes: Norma Nebot Asesoramiento: Mar Garcia, Celeste Muñoz, Aina Juanet Estudiante en prácticas (MUET): Adeline Flaun Producción: Marc Serena Fotografía: Sol Bela Mele