Encuentros // Renunciar a ser artista
Comenzamos el año hablando de la renuncia del artista a ser, como mínimo, el centro de atención. Con el suicidio artístico de la pareja Broomberg & Chanarin, y Martí Anson (con)fundiéndose entre los participantes de su exposición, descubrimos cómo se puede dejar de ser artista sin dejar de hacer arte. Ahora las exposiciones de Núria Güell y Oriol Fontdevila utilizan conceptos como el bien y la belleza para analizar las causas y las consecuencias de esta renuncia.
Son muchos los artistas que en algún momento han renunciado a su condición. Por una crisis creativa, más de uno ha interrumpido, abandonado o incluso destruido su obra –es el caso de Rimbaud, Salinger, Michelangelo o Picasso, por mencionar a algunos artistas célebres–. En la película de Tarkovski Andrei Rublev, ese monje y pintor de iconos ruso del siglo xv renuncia a pintar por una crisis de fe: en un mundo salvaje, donde reina la injusticia y la destrucción, el arte no puede transmitir ninguna oración y por tanto deja de ser necesario. En el siglo xxi, ¿puede ser el arte (que no el artista) más necesario que nunca? ¿Podemos hacer del arte una bonita arma contra el sistema imperante? Estas son algunas de las cuestiones que tratan las exposiciones actuales y sobre las que hemos querido profundizar invitando a Núria Güell y a Levi Orta a conducir dos mesas de debate.
Arte y fe, arte y política topan con la pregunta del sujeto: ¿sobre quién recae la responsabilidad del hacer sin ser? Es la pregunta que Hannah Arendt se planteaba ante la obediencia ciega de Eichmann, aquel burócrata asesino, uno de tantos coautores del Holocausto. Una mirada que Güell retoma e invierte para cuestionar la autoridad ejercida en nombre de las buenas intenciones, ya sea desde las instituciones eclesiásticas o desde las culturales. ¿Dónde queda aquello de «quien la hace la paga»? La respuesta de Güell son Amadeu, Mohamed y Xavier, personas que han pasado por la cárcel y a quien Núria ha pedido que fueran los vigilantes de su exposición; pero también la monja y los curas intencionadamente anónimos, hablando en nombre de un colectivo y unos valores que dictan leyes y castigos.
Si borramos al sujeto creador y pensamos en el papel que juega el arte en la sociedad, tenemos que repensar el rol de la institución cultural. Desde Cataluña, Núria Güell pregunta: ¿quién está detrás de los enunciados de un museo? ¿Quién y cómo se ejecutan sus objetivos bienintencionados? En definitiva, ¿quién habla en nombre del arte o se sirve de él para ejecutar un conjunto de programas globalmente establecidos y políticamente correctos? Levi Orta plantea las mismas cuestiones, pero desde la realidad cubana actual, invitándonos a reflexionar sobre el secuestro de todo un sector y una terminología por parte de las autoridades culturales de Cuba. Si antes el arte ofrecía un resquicio para luchar contra el Estado, las recientes detenciones de artistas no afines a sus políticas culturales han llevado a muchos a desprenderse de sus credenciales. ¿Dejar de ser artista es hoy, en Cuba, el único camino para poder seguir haciendo arte?
Actividades gratuitas, con inscripción previa en: activitats-centredart@bcn.cat
Miércoles 24 de noviembre de 2021, de 18 a 20 h
Crear dos, tres... muchos 11-J
Levi Orta, Jesús Hdez-Güero y Raychel Carrión
Jesús, Raychel y Levi estudiaron arte juntos en La Habana hace ya más de diez años. Durante esa década desarrollaron, cada uno por su lado, un trabajo de un marcado interés sociopolítico. Hoy, los tres viven en España y se reencuentran para hablar, a partir de sus obras, sobre los motivos y repercusiones de lo sucedido en Cuba el pasado 11 de julio.
También abordarán los malentendidos ideológicos con una izquierda internacional enamorada ciegamente de un proyecto social, con el que justifica su propia existencia pero del cual solo queda el mito y el sueño de lo que pudo ser y nunca fue. En Cuba, tras los sucesos del 27N y el 11J, donde múltiples artistas fueron encarcelados y maltratados sin ninguna protección de las instituciones culturales a las que pertenecían, un grupo de creadores, como protesta, renunció a sus credenciales de artista.
Miércoles 1 de diciembre de 2021, de 17 a 21 h
La banalidad del Bien
Núria Güell, Laura Llevadot y Neus Carbonell
Si Hannah Arendt, en su tesis sobre la banalidad del mal, llegó a la conclusión de que Adolf Eichmann no era un monstruo o un pozo de maldad sino que simplemente deseaba prosperar en su carrera como burócrata y que, por tanto, debía cumplir las órdenes de sus superiores, de su poder, sin reflexionar sobre las consecuencias de sus actos, ¿qué pasa con el bien? ¿Los apóstoles del bien también se limitan a cumplir las órdenes de sus superiores? ¿Existe un disfrute posible en el hecho de obedecer? ¿Qué hay detrás de conceptos como el Mal y el Bien? ¿La moral no consiste acaso en obedecer los mandatos del Bien y condenar los actos contrarios a ese mandato, sin pensar demasiado en las consecuencias? ¿Se utiliza el Bien como pretexto para justificar pulsiones que nada tienen que ver con los enunciados bienintencionados o políticamente correctos? La artista Núria Güell ha invitado a la filósofa Laura Llevadot y a la psicoanalista Neus Carbonell a dar una charla en torno a estas ideas.