Barcelona

Se trata de un parque abierto de uso público con un eje principal norte-sur que conecta los municipios de Barcelona y L’Hospitalet de Llobregat y que da lugar a dos zonas diferenciadas. Por una parte, una zona de bosque mediterráneo con pinos y encinas, que potencia el valor paisajístico de Collserola. Por la otra, un gran prado con plataformas y plantaciones geométricas de arbolado caducifolio donde también se encuentran las zonas de juegos infantiles.

El camino central se descompone en áreas de descanso y parterres geométricos de arbustivas y herbáceas, que actúan como filtro entre las dos zonas. El acento de color se va alternando a lo largo del paseo con el relieve de la floración de las especies seleccionadas a lo largo del año.

Las pérgolas y los pórticos, con plantación de trepadoras y placas fotovoltaicas, potencian el carácter de eje central y crean zonas de sombra y color, a la vez que alimentan la iluminación del parque. Estos elementos, junto con la colección de báculos, ofrecen una imagen orgánica y arbórea.

La topografía es una gran estera de pendientes suaves hasta el talud del límite del lado Besòs, que dan lugar a recorridos adaptados y respetan el criterio de transparencia visual en todo el parque.

El parque de Can Rigal incorpora criterios ambientales y de sostenibilidad, especialmente con respecto a la vegetación y al uso del agua, así como en cuanto al uso de materiales reciclados y la regulación del alumbrado, ya que la electricidad se genera con placas fotovoltaicas.

El agua de la lluvia se recoge superficialmente, se canaliza a través de un sistema de conducciones de drenaje y gravas y se devuelve por capilaridad al estrato vegetal, ya que infiltrarla podría desestabilizar el terreno de relleno; al mismo tiempo, se evita la saturación de la red de alcantarillado. Para el riego directo, se ha canalizado el agua de una mina que hay en L’Hospitalet.