Barcelona

Los jardines y el origen de la casa son de finales del siglo XIV: la masía Teixidó la hizo construir Guillem Teixidó después de adquirir la finca en 1325. A principios del siglo XVII fue adquirida por los Sentmenat. Tenía una extensión aproximada de diez hectáreas, con jardín, huerta y un gran bosque. En 1960 los Sentmenat alquilaron el palacio al cónsul de Francia y en 1974 lo vendieron al promotor inmobiliario Núñez i Navarro. Las negociaciones entre el Ayuntamiento y la inmobiliaria para evitar la destrucción de un patrimonio natural y arquitectónico tan notable se prolongaron hasta 1992, año en que se llegó a un acuerdo de cesión. El Ayuntamiento cedió el palacio, durante 35 años contando desde 1994, a la Escuela Eina de Disseny i Art.

La vegetación es exuberante, con muchísimos árboles y palmeras centenarios. Encontramos enormes tilos y grandes acacias. Por su dimensión y excepcionalidad, destacan una fotinia de 15 metros de diámetro de copa y un sapindo de China. En un extremo del jardín sobresale un gran cedro del Himalaya, así como cipreses de Lambert y tuyas.

En cuanto a las palmeras, constituyen una parte muy importante del jardín y le confieren una fuerte personalidad. Hay palmeras de Canarias, palmeras datileras, latanias, palmitos, palmeras excelsas y muchas washingtonias.

Po los muros trepan la buganvilla, la enredadera de alambre, la parra virgen, la bignonia amarilla y la bignonia roja. En el bosque dominan los pinos blancos y las encinas, con un ejemplar excepcional donde el camino empieza a adentrarse.

El sotobosque es rico en madroños, acebillos, zarzaparrillas y madreselva. Bosque adentro encontramos lentiscos, estepas blancas y esparragueras boscanas.

Delante de lo que fue palacio de los marqueses de Sentmenat, siete figuras femeninas de autor desconocido flanquean el paseo que separa los jardines y el edificio. Representan los símbolos de las estirpes emparentadas con los Sentmenat: los Sarriera, los Sentmenat, los Ciutadilla, los Patiño, los Jordán de Urríes, los Osorio y los Despujol.

En cuanto a la antigua residencia de los marqueses, en 1779 el maestro de obras Andreu Bosch reconvirtió la masía originaria en una mansión señorial de estilo neogótico. Durante el siglo XIX se hicieron nuevas modificaciones que la convirtieron en el palacio de aspecto romántico que es ahora. También se incorporaron elementos decorativos de los siglos XV y XVI, sobre todo, marcos escultóricos de puertas y ventanas, procedentes de otras propiedades de los Sentmenat.

Entre las obras de mejora realizadas cuando el edificio pasó a ser de propiedad municipal destacan las gárgolas de Sergi Aguilar en la fachada y un mural de Albert Ràfols Casamada, fundador de la Escuela Eina, en la entrada.

Detrás de la antigua mansión de los Sentmenat, dos terrazas situadas a ambos lados del edificio acogen el antiguo jardín doméstico y lo que fuera huerto para el consumo familiar y la plantación de flor cortada. Permanece el trazado de un espacio de transición, con una cascada y un estanque de piedra que precede la zona de bosque, de casi nueve hectáreas, y que sube por Collserola. Antes de adentrarse en él, un canal de agua procedente de una mina marca la frontera entre la humanización del jardín y la naturalidad del bosque mediterráneo.