A PARTIR DE LOS 6 AÑOS

Los recuerdos son como el humo. Y como el humo, viajan. Van de un bote a otro, de una burbuja de vidrio a otra burbuja de vidrio, de un vaso a una jarra y después a una copa y a una botella y a un frasco... Los recuerdos son como el humo, que pasan de ser memoria del pasado al mimbre con que construiremos otro futuro, que tejen tramas indestructibles que atraviesan generaciones y generaciones.

Y, transformados en humo, los recuerdos son el material con el que se han construido los sueños del Fumiste, sueños inspirados en lo que le explicaron sus abuelos, en historias que le narraron, en experiencias que le enseñaron. Recuerdos que el Fumiste mueve por el escenario, que pasa de un bote a otro, de una jarra a un frasco, con el convencimiento de que parte de ese humo equivocará el camino y llegará a convertirse en parte de los sueños de sus espectadores.

Teatro de objetos, aquel que llena de vida y convierte en personaje las cosas cotidianas que nos rodean; pequeños trucos de magia; unos cuantos juegos de malabares y... poesía, mucha poesía... Todo esto encontraréis en Le Fumiste, de la Cía Don Davel, un pequeño gran espectáculo en que poesía y recuerdos se confunden con el humo y en que el humo no desaparece nunca, solo se traslada de una memoria a otra, del pasado de alguien al futuro de algún otro.

Y los recuerdos, la memoria y el humo los aporta Davel Puentes Hoces, alma de Don Davel, un malabarista que se licenció en Comunicación Audiovisual pero que se ha dedicado a pisar escenarios con sus dos espectáculos —Circo de Autor y Le Fumiste— o trabajando con la compañía francesa Cirque Bidon.