Hay que decir que esta sesión del Discofòrum fue bastante especial. Más adelante explicaré el porqué.
La audición empezó con la música de Haruomi Hosono y el tema Platonic, la propuesta de David Fernández, que viajó no hace mucho por tierras japonesas. Como la historia familiar de Hosono parece proveniente de una novela y su trayectoria musical también es muy extensa y ecléctica.
Joan recuerda que Hosono formó parte de la banda de música electrónica Yellow Magic Orchestra, también con Ryuichi Sakamoto, solista y teclista. Dado que los japoneses son unos artistas en todos los aspectos, la música del Señor Coconut y su conjunto hace a Tong Poo su particular visión de la Yellow Fever, recordándonos una fiesta de lo más caribeña.
Seguimos con Francesca y su afección por la música Jazz. Nos dice que en una emisora de radio argentina (en el programa ¡Mira lo que te traje!) ha escuchado el concierto “Play the Blues”, encabezado por el Winton Marsalis y Eric Clapton, grabado en directo desde el Lincoln Center de N.Y. Le ha gustado entero, pero tenemos que elegir una canción y escuchamos Corrina, Corrina!.
María es la primera vez que asiste al Discofòrum. Toca el piano y le gusta la música clásica, pero elige, no sin dudar un poco, el tema Dancing Queen, pues la música de los Abba la pone especialmente contenta.
Mathew nos hace viajar hasta el Congo para recordar la música de François Luambo Luanzo Makadi, más conocido como Franco Luambo o simplemente Franco. Nacido a Sona Bata (Congo belga) en 1938, fue un excelente guitarrista, considerado el padre de la “Lingala”, la rumba congoleña. En el año 1956 fundó con otros músicos la orquesta OK Jazz (pues el OK Bar era donde tocaban), posteriormente denominada TP OK Jazz (Tout Puissant orchestre Kinshasa Jazz). Según nos explica Mathew, en los '50 se hacía mucha música latina (cha-cha-cha, boleros...) y aunque, poco a poco, se iban introduciendo ritmos más autóctonos, la rumba se identificaba como música propia. Nos invita a escuchar el tema LuKiKa (primera parte: La Rumba; segunda parte: Seven) del disco Franco le T.P.Ok.Jazz (1972-73).
Las Odio es un grupo de mujeres madrileñas que necesitan Vitaminas. “Aguantar la jornada, aguantar el día... toma vitaminas...” Esto es lo que cantan este grupo de riot girls. Es la repentina propuesta de la Marta, resumen de la “semanita” que le ha tocado vivir (“producción, producción, producción...”).
Jordi Oliveras también quiere participar y nos recomienda un cantante que escuchó en Valparaíso (Chile), Gepe y su disco 'Folclore Imaginario', y en particular la canción Qué sacaran con quererme, una canción de solo 2 minutos, voz y guitarra, a las cuales se incorporan, para finalizar el tema, instrumentos de viento y percusión tradicionales.
Y hablar de una misma se hace extraño: En esta ocasión mi canción ha estado Baby I Love you way (1975), la canción más popular y comercial de Peter Frampton, sin duda su pasado más “glorioso” con el grupo Humble Pie y que, con Steve Marriot (Small Hagas), hicieron 5 discos. Pero la culpa de la elección fue de una película divertida y también otros recuerdos literarios.
Y ahora que llego al final, vuelvo al principio. Esta sesión del día 4 de mayo, fue muy especial, porque nos visitaron un grupo formado por una chica y cinco chicos de la Residencia Tres Pins (Montjuic), acompañados de sus monitores, que se habían interesado por nuestra actividad. Nos han dicho sus nombres y se han presentado diciendo que les gusta la música. Tímidos al principio, pronto han querido participar y dos de ellos han elegido su canción:
Martín Soriano Cañas, de Cuenca tal y como ha insistido, tenía claro que le gusta Ismael Serrano, en especial Amo tanto la vida, que iba tarareando tan contento. Después ha sido Daniel quien ha elegido el tema central del film Titanic, puesto que dice que le trae todo tipo de buenos recuerdos, incluso no puede evitar bailar con esta música, si bien ha tenido que aguantarse, tal y como nos ha confesado. A su lado, Pere, siempre con auriculares (los ruidos le molestan), también se confiesa amante de la música clásica y nos sorprende pidiendo algo de música medieval, así, en genérico... y lamentablemente no hemos podido complacerle. Como tampoco al resto del grupo: para ellos ha llegado el momento de irse, dado que en el centro cenan muy temprano. Han dicho que, quizá, vuelve otro día y así podrán participar todos.
Han sido unos momentos muy particulares y, en mi caso, muy emotivos. Sí, creo que ha sido un Discofòrum muy especial.
