En Nook se está muy bien. Y cuando llega la hora, con unos minutos de retraso entre saludos y comentarios, todo el mundo ha tomado posiciones alrededor de una estufa en un miércoles frío de finales de enero.
Empieza A, que siempre trae música en forma de hipertexto, acompañada de textos o reflexiones que nos ayudan a entrar en su imaginario. Hoy nos lee parte de un fanzine donde explican un debate entre en Nick Cave y parte de su audiencia, donde polemizan entre el toque humano y la inteligencia artificial a la hora de expresarse musicalmente: ¿pueden las máquinas reproducir el toque humano? Esto le lleva a pensar en una canción cien por cien humana, su adolescencia: Search and destroy, de Iggy Pop con los Stooges. Cuando llegaba a casa la ponía a todo volumen hasta que los vecinos picaban en el techo con una escoba. Y así lo hacemos, ¡escuchándola a todo trapo!
U no recuerda exactamente cómo descubrió esta canción, si andaba por casa o si fue un regalo. La escuchaba —y escucha— si estaba de "bajón" y le daba mucha fuerza. En un principio desconocía que era un poema musicado de José Agustín Goytisolo, y con el tiempo ha descubierto más versiones, pero esta es la que más le gusta. La fortaleza que ella siente con esta canción es universal. Las mujeres chilenas en la prisión bajo la dictadura la cantaban para darse ánimos y apoyo en momentos durísimos. Comenta con su pareja que esta canción podría ser una de las culpables que todavía estén juntos después de tantos años.
J recoge el guante y, entre otras cosas, hablamos de cantautoras a raíz de la canción que acaba de sonar. Y presenta a uno de estos artistas que centra todos los sentidos cuando lo has visto en directo. Recuerda un concierto acompañado tan solo de su guitarra y la energía que transmitió a todo el público, que se quedó totalmente n Ferran Palau. Escuchamos Serà un abisme, y hablamos de ello.
La música y la imagen son parte de los centros de interés de I. Lleva un disco que la ha acompañado toda la vida y que le entró por los ojos y las orejas. Una portada truculenta, donde un artista, Pettibon, recrea una fotografía que sacudió la sociedad americana, donde aparecen dos testigos de un desgraciado asesinato con pintas de estilo nouvelle vague, que ella misma reconoce que es carne de meme. Escuchamos My friend Goo, y continuamos charlando.
J continúa. Y nos presenta otra mujer —como es habitual en ella— que nos dice que le ha enseñado a cantar y la ha empujado a ponerse a aprender a tocar el piano. Dice que es una cantautora, así que enlaza el debate que planea hoy en este Discofòrum. Nos explica cosas sobre Regina Spektor, que la acompaña desde hace una década, cuando la descubrió. Escuchamos la canción y nos cuadra totalmente su elección. Hablamos de la letra y la música, y continuamos.
B rescata cosas de las cuales hablamos en estos encuentros: ¿Cómo descubrimos nuevas músicas? ¿Nos fiamos de las plataformas digitales? ¿Nos dejamos hacer retratos robot? ¿Nos guían las escuchas? Conoció por YouTube a una pareja de productores de hip hop de Valencia, los Cookin Soul, que empiezan a recoger el reconocimiento a un intenso trabajazo que han hecho en los últimos años. Comenta que, además, su compañero de piso está haciendo música en estos parámetros, sampleando, chopeando para remixar temas y hacer música nueva. Y escuchamos algún remix con Kanye West.
Siguiendo con la línea de lo que acaba de sonar, R recupera cosas que se han comentado: canciones de "subidón" o de "bajón", hip hop, punk y otros olores. Suena un clásico del under de la ciudad: Cecilio G. Voz ansiolítica y desgarbada, actitud punk sobre instrumentales, muchas veces, muy cuidadas. Contrastes, como en esta canción.
Le gustan todos los estilos, pero no toda la música. Le pasa con el bel canto, lo mismo que con el flamenco. No le gusta parte de lo que le rodea, pero sí la música. Siempre ha adorado el sol, pero a veces no. El sol produce cáncer y él siempre pensaba que esto les pasaba a los nórdicos, no a la gente del sur como a él —a pesar de que empezaba a repensárselo, su familia viene de Francia. Ha tenido algún susto con esto, pero convive con la más grande de las alegrías. “Si escupes al sol, cierra los ojos”. Suena O sole mio y cerramos otro Discofòrum.