La segunda edición de la jornada “Comunitzar la Música”, que se llevó a cabo el pasado 11 de diciembre en Ateneu L’Harmonia, fue nuevamente un espacio de encuentro, donde se reflexionó sobre la soberanía tecnológica o cómo intentar autogestionar nuestra relación musical con la tecnología. Las conclusiones que se extrajeron se centran en 4 ejes principales:
- Comunicación y promoción digital
Qué cultura se consume y qué se nos ofrece está cada vez más controlado por multinacionales como Youtube (decide las canciones que se pueden subir y las que no, decide si una versión puede escucharse o no), Spotify, Twitter, Google… Por eso es necesario tomar conciencia de las limitaciones que las plataformas imponen y activar estrategias para poder driblar sus algoritmos.
Es importante tener canales propios de comunicación y buscar alternativas para poder autogestionar la información, ya sea montando un servidor propio de música en línea, utilizando un correo electrónico no controlado o bien generando formularios libres… Y eso se puede hacer gracias a espacios de autodefensa autogestionados como autistici.org/inventati.org, Riseup.net, Sindominio.net o en ámbitos más institucionales haciendo uso de Plataformess.org o Pangea.org. También se puede formar parte de estructuras públicas donde se apuesta por la autogestión de contenidos como la xrcb.cat o Hangar.org, o proyectos internacionalmente famosos como Framasoft.org
- Data y Creative Commons
Cuando se graba un disco de forma autogestionada, siempre se tiene en cuenta de dónde procede el dinero y quiénes son las personas que lo graban. Pero una vez finalizado este proceso nunca se registra la música con ningún tipo de licencia. Si no se hace, cualquiera puede extraerla, registrarla a su nombre y luego denunciar. Por eso es importante registrar la música con Creative Commons, donde es la propia autora la que establece las limitaciones para la reproducción, distribución, difusión y copia de su propia obra.
- Género y tecnología de la música
En aquellas disciplinas culturales y artísticas que mamen de la tecnología florecerán barreras de acceso heteropatriarcales, coloniales y capitalistas. Un ejemplo de ello es la masculinización de géneros como la música electrónica, de instrumentos como la guitarra y el bajo eléctrico o de posiciones de trabajo como técnicos de luces y sonido.
Una forma de replantearse las industrias tecnológicas con perspectiva de género y antirracista es a través de la autogestión. Espacios horizontales, que rehúyen de las dinámicas opresoras del patriarcado, el capitalismo y el colonialismo. Y abrazan la transmisión de conocimiento horizontal y sin discriminaciones.
- Instrumentos DIY y nuevas formas de expresión-creación a través de la experimentación colectiva
¿Por qué fabricar nuestros propios instrumentos musicales? ¿Cómo actuamos cuando tenemos un instrumento sonoro que no hemos visto ni tocado nunca? ¿Es necesario saber tocar un instrumento para poder generar música? ¿Hasta qué punto determinamos que la música es "nuestra" o bien es liberada y manifiesta su propia identidad? Estas son algunas de las cuestiones que surgieron al abrir el debate sobre la autogestión y la tecnología. Donde también se puso de manifiesto la necesidad de compartir los conocimientos de construcción de instrumentos sonoros y promover las prácticas pedagógicas aplicadas al intercambio de conocimientos y creación.
A continuación tenéis disponible una recopilación de aportaciones de la Jornada "Comunitzar la Música Vol.2". En este documento también podréis profundizar sobre las conexiones entre música y sociedad, el poder de la escucha en la práctica musical, las posibilidades y los riesgos de la tecnología para un planteamiento autogestionario de la música, el mandato de la diversidad en el activismo musical y cómo sería el festival que desearíamos.
