Este verano dimos un paseo desde el antiguo barrio de Can Tunis hasta el Faro de Montjuïc para compartir los recuerdos de las personas que vivieron allí y para reconstruir a pie los fragmentos de este barrio prácticamente deshabitado, que acoge camiones adormilados, piedras y gaviotas.
Durante el paseo compartimos material de archivo con el relato de las vivencias y experiencias de antiguos vecinos y vecinas del barrio, y las fuimos vinculando con memorias recientes como la lucha por la preservación del santuario ecológico del Faro de Montjuïc o la futura llegada de nuevo vecindario al barrio de la Marina. "Nos parece muy importante poder trabajar desde las memorias comunitarias y populares formas de fortalecimiento y de resistencia del tejido social para poder releer el territorio", asegura Marta Vallejo de la Xarxa de Comunitats de Memòria.
Esta actividad forma parte del proyecto Memoria Viva que se engloba dentro del programa Cultura Viva. Una herramienta para poner en común el pasado de Barcelona a través de procesos colectivos de creación cultural. "En realidad la memoria no nos tiene que servir tanto para saber quiénes somos y de dónde venimos, sino para saber quiénes queremos llegar a ser", recalca Francisco Rubio de la Xarxa de Comunitats de Memòria.