La sexta edición del festival Acció Cultura Viva (ACV), impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona en el marco de las fiestas de la Mercè y organizado de manera colectiva, asamblearia y abierta, se llevará a cabo el 23 de septiembre en Nau Bostik y el 24 y 25 de septiembre en recinto Fabra i Coats. Como cada año, ACV reivindica su esencia única creando su cartel mediante un proceso participativo a partir de la escucha de más de 500 propuestas. Pero, ¿en qué se diferencia ACV del resto de festivales?
Un festival público que apuesta por la gestión comunitaria
ACV es una propuesta pública de ámbito de ciudad que tiene lugar durante la Mercè y que se enmarca en el programa Cultura Viva, impulsado por el Instituto de Cultura de Barcelona y el soporte de la Dirección de Servicios de Economía Social y Solidaria y Alimentación Sostenible, y que ensaya nuevas formas de gestión colectiva. Las decisiones se toman en varias comisiones de trabajo abiertas a cualquier persona, entidad o colectivo que tenga interés y se ponen en común en un plenario participativo.
Las personas que configuran el festival están organizadas en diferentes comisiones:
- Programación: evalúa todas las propuestas artísticas recibidas a partir de una convocatoria abierta (este año recibió 500) y busca el consenso en la elección.
- Comunicación: se encarga de tejer el relato de ACV: qué es la Plenaria, cómo se organiza un colectivo de colectivos, y cómo quiere comunicarse.
- Producción: es un grupo de trabajo de los agentes implicados más activamente los días del festival: coordinación, contratación, restauración, logística, comunicación...
Finalmente, todas las decisiones se toman en la Plenaria, la asamblea donde se coordinan todas las comisiones.
Basado en la Economía Social y Solidaria
El festival ACV es un proyecto comunitario que se concibe de acuerdo con los principios de la Economía Social y Solidaria, tanto por lo que respecta a la organización como a los proveedores que se implican. Diferenciándose de los modelos de festival dominantes, es un proyecto centrado en crear comunidad, dar soporte al tejido cultural de la ciudad y convertirse en un punto de encuentro y celebración.
En la economía interna del festival también se aplican los principios de la ESS y un tratamiento económico equilibrado entre todas las personas, como por ejemplo en la remuneración de los artistas, a partir de criterios igualitarios -sin agravios comparativos provocados por una supuesta programación en termas de cabezas de cartel y apuestas de segundo nivel-, y en la misma remuneración de las personas participantes en la organización.
ACV está organizado por los colectivos y espacios siguientes: Alterevents, l’Ateneu L’Harmonia, Las Pibas Producen, Cultura en Vivo, El Triangle Contracultural, Nau Bostik, Dona Cançó, Fabra i Coats-Fàbrica de Creació, The Good Good, Llobregat Block Party, Pedra, Quesoni, Xarxa d'Economia Solidària de Catalunya (XES), La Clara Comunicació y otras personas a título individual.
Con perspectiva feminista, LGTBIQ, antirracista y anticapacitista
ACV tiene una clara perspectiva feminista, LGTBIQ, antirracista y anticapacitista. Año tras año, el festival apuesta por las diversidades y la paridad de género, y cuenta con propuestas musicales transgresoras, inclusivas, sorprendentes y experimentales. Se quieren mostrar proyectos musicales surgidos de la ciudad y de otras partes del mundo que durante todo el año mantienen viva la llama de la cultura de pequeños escenarios comunitarios, una escena sepultada que se quiere visibilizar.
En la edición de este año tienen un especial protagonismo grandes iconos del feminismo musical, artistas disidentes y bandas que exploren géneros musicales que pasan por el flamenco, la electrónica, el rap, el rock, la música urbana, el trap, el R&B, el reggae, el jazz y la canción de autor. Encontraremos, por ejemplo, Las Opinólogas, una banda femenina en clave de humor feminista y gamberro; Eli Almic, el sencillo de la cual, Brujas (2018), se convirtió inmediatamente en himno de la lucha feminista; o Koers, con un mensaje detrás de cada canción y un solo objetivo: romper, con la música, las barreras que dividen nuestra sociedad.
Podéis consultar el programa completo aquí i ver la lista de Youtube aquí.
Un festival que aposta por la experimentación
ACV es una propuesta con voluntad experimental mediante el atrevimiento, la investigación y el aprendizaje compartido. Es así en el ámbito organizativo, en el papel de la administración, en la relación con los artistas, en la economía... El festival busca formas de funcionamiento innovadoras, en cuanto a los modelos convencionales de la industria cultural en relación con la autoría, la edición, la distribución, la representación, la actuación, la producción y las licencias.
ACV piensa que este cariz abierto y experimental, sin dar automáticamente por buenos los esquemas de actuación conocidos sobre cómo deben hacerse las cosas, tanto en el ámbito musical como en su gestión público-privada, es algo que hay que cuidar y preservar.