Según el Ministerio de Agricultura se producen 24 millones de toneladas de residuos en el Estado español. Esto representa 1,5 kilos de residuo por habitante en el día. La Biblioteca de las cosas es una iniciativa, que nació inspirada por el objetivo del Plan de Acción Comunitaria de la Verneda y la Pau “de conseguir resultados con impacto social a través de actuaciones de éxito internacional que recreamos en nuestros barrios”. La finalidad del proyecto es alargar la vida de los productos y promover el consumo colaborativo.
“Nos hemos acostumbrado a acumular objetos a casa que casi no usamos pero ocupan espacio, cuestan dinero y acabarán siendo residuos. Y si en lugar de comprarnos estas cosas, ¿las compartiéramos entre nosotros?” Bajo esta premisa surge, en el distrito de Sant Martí, ‘La biblioteca de las cosas‘, un espacio de préstamo de objetos ubicado en el Casal de barri de Ca l’Isidret. Como explica Carles Crespo, miembro del equipo motor del proyecto, el objetivo de la iniciativa es “fomentar el consumo colaborativo y reactivar la red de ayuda mutua al barrio”.
La dinámica es la siguiente: los objetos se dejan en préstamo a particulares y se agrupan alrededor de seis categorías: salud y curas, bricolaje y jardinería, crianza, limpieza y hogar, ocio y aventura y material de oficina. Los precios de los objetos son sociales, no está pensado para enriquecerse, “se quiere reducir el consumo doméstico“. En dos años ya acumulan más de 500 préstamos, “la gente primero viene, se registra y conocen el espacio”. Ellos y ellas ven de primera mano los centenares de objetos que hay distribuidos por las estanterías, y a los que también se puede acceder a través del catálogo en línea.
El 86% de los materiales son donaciones de objetos de segunda mano, “esto implica tener una persona especializada a hacer mantenimiento y reparación de estos aparatos y es un perfil que nos cuesta encontrar”. Esto sumado a la obsolescencia programada de los productos, y que a veces no hay recambios de las piezas, es uno de los puntos débiles del proyecto “pero, en cualquier caso, tenemos detectada la carencia y es el modelo en que creemos“, concluye Crespo.
La iniciativa, impulsada por la cooperativa Nusos y Rezero, nace a imagen y semejanza de otros proyectos como las Library of things de Londres o Toronto, “y la idea no es que nosotros lo replicamos, si no que asociaciones de vecinos, cooperativas de consumo o viviendas cooperativas lo repliquen en sus barrios“. Por eso, en el web hay un documento para facilitar herramientas para esta posible adaptación y extensión en el territorio.