Casa Vicens Gaudí
Toda historia tiene que tener un inicio, y la Casa Vicens fue testigo de los primeros pasos de Antoni Gaudí como arquitecto.Un brillo ajardinado en medio de Gràcia, en un edificio de estilo oriental cubierto de baldosas verdes y blancas que ha pasado de padres a hijos y que ahora se integrará en el patrimonio de la ciudad.
En 1883, el empresario Manel Vicens se puso en contacto con Antoni Gaudí, un joven y desconocido arquitecto recién licenciado, para que le construyera una residencia de verano en la villa de Gràcia. El sitio elegido estaba en la calle de las Carolines, junto al convento.
Gaudí proyectó un edificio de influencias árabes, mudéjares y orientales, donde las líneas rectas tienen más protagonismo que las famosas ondulaciones del arquitecto, pero ya se empezaban a ver algunos de los rasgos que lo harían tan característico.
La Casa Vicens está recubierta de baldosas verdes y blancas con detalles amarillentos, que imitan a las clavellinas que crecían en el jardín; las puertas de acceso son filigranas en hierro que recuerdan a las hojas de palma; y sus arcadas, celosías y el uso de la masonería invitan a viajar hasta la propia Alhambra. El amor de Gaudí por la naturaleza empieza a notarse presente, y un buen juego de pistas es ir buscando las frases, sacadas de cuentos infantiles, que bordean los frisos de la casa. Se dice, y queda reflejado en los planos originales de la casa, que había una fuente en el jardín, ahora desaparecida, que al hacer saltar el agua conseguía un arco iris perpetuo. Solo un genio como Gaudí podía haber planeado una fuente similar.
La espectacular Casa Vicens, con las cerámicas acristaladas que adornan las fachadas y con su aire oriental, es patrimonio de la Unesco desde el 2005 y una de las primeras obras del singular Antoni Gaudí, donde ya se pueden ver las características que lo convertirían en uno de los arquitectos más originales de la historia.
Actividades que se llevan a cabo
-
Actividad finalizada
-
Actividad finalizada