La producción audiovisual se globaliza y concentra. Este hecho hace más necesario que nunca el diálogo entre los espacios audiovisuales locales y globales, lo que apela tanto a las administraciones públicas como a los agentes del sector. En un entorno donde la edición y la gestión de la información tienen una gran fragilidad y donde la lucha entre grandes plataformas condiciona las normas del mercado, este debate debe abarcar diversas dimensiones de un mismo fenómeno: la producción de contenidos en el ámbito internacional, la creación de imaginarios locales, la defensa del talento como materia prima y la distribución como un vector esencial para la sostenibilidad del sector. 

En el corto plazo, Barcelona y Cataluña deben afrontar este debate, en tanto en cuanto se juegan la existencia en el mundo de la comunicación y, por extensión, en el marco de unas industrias creativas muy permeables a los procesos de digitalización. Esta sesión abordará las claves, partiendo de la base de que un país sin producción propia no tiene relato y de que no se trata de competir con las grandes superproducciones internacionales, sino de apostar por la creatividad y el talento aplicados a la producción de contenidos audiovisuales propios.