Contemplar el yacimiento del antiguo Mercado del Born es aproximarse a la vida cotidiana de la Barcelona de finales del siglo XVII y principios del XVIII, y es pisar las calles de la ciudad que resistió el asedio de las tropas de Felipe V hasta la capitulación del 11 de setiembre de 1714.
Este es un espacio arqueológico único y excepcional, por sus dimensiones, por su estado de conservación, por la secuencia histórica que presenta y porque la documentación histórica ha permitido poner nombre a las familias que vivían en él.