Tomeduchi es una instalación material y lumínica que captura la metamorfosis de la calma y la serenidad que caracteriza el fondo marino inspirándose en el dinamismo generado por el movimiento de las medusas. Esta idea se materializa a través de una serie de piezas escultóricas de diferentes tamaños. Las esculturas, suspendidas en el aire, ocupan el espacio de manera que las personas pueden pasar por debajo y por en medio, y ofrecen una experiencia inmersiva. Estas medusas artificiales están construidas con varias texturas, transparencias y capacidades de reflectancia que emulan el movimiento de estos seres vivos mediante luces LED programadas en sincronía. Otras fuentes de luz complementarias contribuyen a iluminar las esculturas y a crear un efecto de agua en movimiento que se refleja en el espacio circundante. Es como estar en el fondo del mar.

Gonzalo Cortez, Fabricio Atahualpa, Nicolás Vásquez y Rubén Sánchez son un grupo de artistas que trabajan en la exploración de la luz y la materia a través de la arquitectura, el diseño audiovisual y la programación, con la voluntad de reivindicar la riqueza de nuestros océanos y la necesidad de preservarlos.