Del techo del vestíbulo del DHub cuelga “Espill: un satèl·lit per al solstici”, una reproducción a tamaño real de un satélite de 180 kilos y 5 metros de diámetro. Es una esfera recubierta parcialmente por espejos para ofrecer a la humanidad una estrella de Belén permanente y sostenible, visible de noche desde varios puntos del planeta. La intervención especulativa del estudio de arquitectura TAKK, comisariada por el director artístico del DHub, José Luis de Vicente, pretende ser una reflexión crítica sobre la contaminación lumínica derivada del uso masivo de iluminación ornamental navideña o la creciente presencia en el cielo de puntos luminosos que corresponden a objetos de origen humano. Además del artefacto —que es, al mismo tiempo, mágico, metafórico y altamente tecnológico—, el proyecto también incluye el relato sobre cómo se enviaría el satélite al espacio, cómo se vería desde la superficie de la Tierra o cómo orbitaría a su alrededor.  “Espill” es una propuesta técnicamente factible que quiere plantear una pregunta: ¿Quién tiene derecho a poner una luz en el cielo?

Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño son fundadores de TAKK, un estudio de arquitectura y diseño con sede en Barcelona. Sus proyectos investigan cómo la arquitectura puede catalizar el desarrollo de unas vidas más democráticas a través de la incorporación del pensamiento feminista, la ecología y la política en las prácticas espaciales. Ambos son actualmente profesores de la GSAPP de la Universidad de Columbia de Nueva York y también de la Universidad de Tokio, así como del IAAC (Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña) y La Salle. Han participado como profesores y conferenciantes en instituciones como la Universidad de Alicante, la ETSAM, el IED (Istituto Europeo di Design), Elisava, el RMIT, la Floating University Berlin o el ILEK de Stuttgart.