En este enlace encontraréis la propuesta sonora de Antoni Arola para visitar Canopée

Canopée es un espacio que nos sumerge en las profundidades del bosque para invitarnos a experimentar la lentitud, el silencio, el recogimiento y la reflexión absoluta. El vestíbulo del Teatro Nacional de Cataluña se transforma en un misterioso umbráculo que nos conecta con los sentidos a través de la luz filtrada por el dosel arbóreo, los olores húmedos y botánicos, y los sonidos de animales que conviven en un ecosistema que parece aislado del tiempo.  El bosque y el árbol han sido, para prácticamente todas las culturas, una representación simbólica y sagrada de otra realidad: el árbol como imagen del mundo en expansión, concentración y ascensión, y el bosque como refugio —fuera de los recintos habitados de la conciencia— de animales mágicos y de elfos, brujas, monstruos y hadas. Y también son una representación de nuestra imaginación y de la inspiración de artistas como el Bosco, Shakespeare, Brueghel, Kiefer o Klimt. El bosque es un refugio medioambiental y emocional, ahora frágil, amenazado por la crisis climática.

La investigación artística de Antoni Arola, diseñador tarraconense con estudio propio en Barcelona desde 1994, gravita en torno a la luz. Y se focaliza tanto en la ausencia como en la presencia de luz, natural o artificial. A partir de este diálogo —y de su interacción con el espacio—, apela a la percepción visual del espectador y lo invita a sumergirse en un mundo nuevo: intangible, poético y siempre abierto a nuevas interpretaciones. Su obra responde a la eterna búsqueda de la belleza, intuitiva y porosa al azar, y que se inspira, básicamente, en las culturas ancestrales, los códigos digitales y los encuentros fortuitos. El método es el juego y la máxima, el uso de los mínimos elementos posibles. Más allá de la luz y del espacio, el color es otra constante de su obra.

Es autor de lámparas y proyectos de luz, diseños de objetos, mobiliario, interiorismos e instalaciones efímeras, reconocidos con distinciones como el Premio Nacional de Diseño 2003, el Delta de Plata en cuatro ocasiones o el Red Dot Design Award en 2012, entre otros.  Combina los proyectos de diseño industrial con la práctica artística y la docencia.