La concesión de rentas a la población más vulnerable mejora la satisfacción vital
La evaluación final del B-Mincome, el proyecto piloto de lucha contra la pobreza y la exclusión social que se ha desarrollado en diez barrios del eje Besòs con el objetivo de analizar los resultados de combinar una transferencia monetaria mensual a los hogares con políticas activas de inclusión sociolaboral, ratifica que la concesión de rentas reduce de manera significativa el riesgo de pobreza y aumenta la satisfacción vital, la participación comunitaria y la cohesión social.El estudio detallado que se ha elaborado con las diferentes entidades que participaron en el proyecto ha permitido extraer una serie de conclusiones sobre los efectos reales que tiene la concesión de rentas a la población en riesgo de vulnerabilidad.
La evaluación confirma que la transferencia de rentas contribuye de manera significativa a reducir la privación material severa y la inseguridad alimentaria, reduce la sensación de incertidumbre financiera y el estrés asociado, aumenta la satisfacción con la vida, incrementa la participación de las personas en la vida comunitaria y promueve las relaciones interculturales.
El proyecto también ha tenido un impacto de género positivo, ya que supuso un empoderamiento de las mujeres participantes, que vieron fortalecido su rol en el ámbito doméstico, laboral y comunitario, y tuvo un impacto positivo en las relaciones familiares.
Por el contrario, al acabar el B-Mincome, se ha encontrado que no es posible percibir una mejora significativa de la salud física ni mental, aunque sí se ha visto una mejora de la calidad de las horas de sueño, la reducción de los niveles de estrés y la mejora en el acceso a la atención médica. Tampoco ha sido posible validar el efecto positivo sobre el incremento del emprendimiento económico o la probabilidad de acceder a un trabajo, aunque habría que observar un horizonte temporal a más largo plazo para acabar de concretar este punto.
Políticas pioneras
El B-Mincome supuso un despliegue de políticas combinadas y pioneras, como la puesta en marcha de la moneda rec, para comprobar la eficacia de la provisión de rentas durante dos años consecutivos.
Durante los dos años que ha durado la prueba piloto del proyecto B-Mincome, el Ayuntamiento ha invertido 10,9 millones de euros. A este presupuesto hay que añadir los 4,9 millones de euros concedidos por la Unión Europea a través del programa Urban Innovative Actions (UIA).
Este programa europeo ha permitido que 952 familias de los diez barrios del eje Besòs —el 84 % de los casos con una mujer como titular—, 3.700 personas en total, reciban 480 euros de media al mes durante los dos años que ha durado la prueba.
El programa B-Mincome recibió el reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las iniciativas más destacadas del continente europeo para reducir las desigualdades y mejorar la salud y el bienestar de la sociedad.