Se trata de un macho y es hijo de una de las hembras del grupo y del macho reproductor. Su estado de salud es bueno y estos días ya ha interactuado con el resto del grupo, con la madre siempre cerca.

Esta especie llegó a extinguirse en su hábitat natural, pero en el año 1971 se inició un programa de cría en cautividad que hizo posible que se reintrodujera en el Senegal, Marruecos y Túnez. Además, se puso en marcha un programa de conservación ex situ EEP de la Asociación Europea de Zoos y Acuarios (EAZA) que ha permitido asegurar la continuidad de la especie.

Las amenazas principales para la gacela Mhorr en su hábitat natural son la caza indiscriminada y la pérdida y la degradación del medio natural a causa del pasto excesivo y la ganadería.