La pandemia impacta sobre el padrón municipal del 2020
La cifra de personas empadronadas en Barcelona el 1 de enero de 2021 se sitúa en 1.660.314, 6.200 menos que el año anterior, y rompe una tendencia de cinco años de crecimiento suave. Eso es consecuencia del impacto de la pandemia de la COVID-19 en la demografía, que ha disparado la mortalidad, ha reducido el número de nacimientos y ha frenado los flujos migratorios.Según la lectura del padrón municipal a 1 de enero de 2021, publicado por la Oficina Municipal de Datos, la causa principal del descenso del 0,4 % de la población es el aumento del 31,7 % de la mortalidad por la pandemia. De las 15.000 muertes por término medio de los últimos años se ha pasado a cerca de 19.000, lo que representa una sobremortalidad de 4.305 personas, que ha afectado más a mujeres que a hombres y que tuvo como pico los meses de marzo y abril, coincidiendo con la primera ola de la pandemia.
Desde 1900 nunca habían muerto tantas personas en la ciudad, con las excepciones de los años de la Guerra Civil (28.000) y de la gripe española (22.800). El número de personas centenarias en la ciudad se estanca en el máximo histórico alcanzado el año pasado, con 864 personas, un 23,1 % más que en el 2016.
El descenso de la población se explica también por la caída de la natalidad, que ha alcanzado el segundo valor más bajo de los últimos cincuenta años, 11.753 nacimientos, un 6,4 % menos que en el año anterior.
Si bien desde 1985 Barcelona registra cada año más defunciones que nacimientos, la pandemia rompe las trayectorias relativamente estables que seguían tanto las defunciones (en torno a 15.000 anuales) como los nacimientos (una media de 13.500 en los últimos diez años).
Saldo migratorio neutro
Después de seis años en los que el saldo migratorio positivo actuaba como motor de crecimiento de la población, en el 2020 esta tendencia frena y el saldo migratorio y administrativo (altas por omisión menos bajas por inscripción indebida o caducidad) queda prácticamente neutro y crece tan solo en 1.492 personas, casi un 80 % menos con relación a la media de los diez años anteriores.
Con respecto al perfil de la inmigración, no ha variado mucho y los flujos más numerosos con origen en el resto de España son los originarios de L’Hospitalet de Llobregat, Madrid, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Sabadell y Terrassa. Del extranjero, los principales puntos de origen son Argentina, Colombia, Reino Unido, Italia, Pakistán, Perú y Honduras. Destaca el Reino Unido, que ha avanzado desde la octava posición que ocupaba en el 2019, justo antes del Brexit, hasta la tercera.
Sí ha cambiado el perfil de la emigración y las preferencias de destino. En el 2020 eran sobre todo personas jóvenes que se marcharon mayoritariamente al resto de Cataluña, la mayoría a ciudades grandes del entorno metropolitano como L’Hospitalet de Llobregat, Badalona, Santa Coloma de Gramenet, Sabadell, Terrassa y Sant Cugat del Vallès, y al resto de España, especialmente Madrid.
En comparación con años anteriores, ha aumentado la preferencia por emigrar al resto de Cataluña. Y aquí es donde se introduce un cambio cualitativo con respecto a la emigración de años anteriores. Después de la fase más severa del confinamiento, una vez se levantó el confinamiento domiciliario y se relajaron las restricciones de movilidad, la emigración se intensificó: en el periodo de junio a diciembre aumentó un 27 % en relación con el año anterior y concentró el 72,8 % de los flujos anuales.