El Barómetro municipal muestra el pesimismo de la ciudadanía por la COVID-19
El Barómetro semestral correspondiente al mes de diciembre del 2020 dibuja un escenario de pesimismo generalizado en la ciudad. Unas cifras que se contextualizan en el marco de crisis social y sanitaria por la COVID-19. La encuesta, realizada a 799 vecinos y vecinas de Barcelona entre el 25 de noviembre y el 3 de diciembre, pone el foco en la percepción del coronavirus, la vacunación y la salud.La gran mayoría de los barceloneses y barcelonesas se muestran pesimistas con respecto a la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Siete de cada diez entrevistados, el 69,7 %, sufren por la salud de sus personas queridas, el 55,3 % afirman que la situación les provoca estrés en todos los aspectos de la vida y a cerca del 50 % les genera inquietud la situación económica.
La salud se ha resentido para el 44,4 % de las personas entrevistadas, un porcentaje que se incrementa en el caso de las mujeres (53,3 %) y que es más bajo en los hombres (34 %).
La COVID-19: conspiraciones, medidas y vacunas
Cuatro de cada diez personas entrevistadas manifiestan que el virus de la COVID-19 es una creación de un laboratorio y el 16,5 % opinan que es una conspiración de las élites mundiales para recortar libertades individuales. Con respecto a la imposición de nuevas restricciones, el 57,3 % de los vecinos y vecinas creen que no hay que tomar medidas más drásticas, y es la población más joven la que se muestra más reticente a nuevas restricciones.
En el momento en que la vacuna esté disponible y validada por las autoridades sanitarias, casi siete de cada diez personas entrevistadas se muestran dispuestas a ponérsela. De estas, el 37,5 % están convencidas de ponérsela y el 29,3 % afirman que probablemente sí que se pondrían la vacuna. Las mujeres son más reticentes a la vacuna y, por edades, la población más joven, de entre 18 y 24 años, y la mayor, de más de 64, se muestran más dispuestas.
Empeora la percepción de la ciudad, de Cataluña y del Estado
A causa de la excepcionalidad de la situación vivida el último año, el 65,9 % de los entrevistados cree que la ciudad ha empeorado, una dinámica que se repite para Cataluña y el Estado. No obstante, la población entrevistada confía en la recuperación, y el 61 % opina que Barcelona mejorará en el próximo año.
Como en el anterior Barómetro semestral, la inseguridad se mantiene como primera preocupación de la ciudadanía (12,4 %), pero se ratifica la tendencia a la baja de hace seis meses, con cinco puntos menos. Entre los otros problemas que preocupan a la ciudadanía encontramos la circulación o el tráfico (9,4 %), el paro y las condiciones de trabajo (9 %), la COVID-19 (8,3 %), la vivienda (7,4 %) o los problemas económicos.
El impacto de la pandemia afecta también a la percepción de la economía. Este año, entre el 80 y el 85 % de las personas entrevistadas creen que la situación económica de Barcelona, Cataluña y España es mala o muy mala. La ciudadanía tiene cierta esperanza en el futuro, y el 54,4 % cree que la economía de la ciudad mejorará en el próximo año.
Valoración de la gestión y de los líderes municipales
Todas las instituciones empeoran en las valoraciones. Con respecto a la gestión municipal, el 46,1 % de las personas entrevistadas la valoran como mala o muy mala frente al 39,2 %, que la considera buena o muy buena. Las opiniones negativas de la gestión autonómica llegan al 53,1 % y las del Estado al 59,8 %.
Si hoy se celebraran elecciones municipales, las ganaría Barcelona en Comú, seguida muy de cerca por Esquerra Republicana de Catalunya. El 12,2 % de los vecinos y vecinas entrevistados votarían al partido de Ada Colau y el 12 % optarían por el de Ernest Maragall. El PSC sería el tercer partido, con una intención directa de voto del 8,3 %. Los seguirían la CUP (3,6 %), J×Cat (3,5 %), Cs (2,2 %) y el PP (1,4 %). Además, destaca un aumento de las personas que no saben a qué partido votarían (el 29,6 %) o que no quieren contestar (15,2 %).
Las valoraciones de los líderes políticos también se ven afectadas por el contexto de crisis, y todas empeoran. Ernest Maragall es el único líder político que aprueba, con un 5,2 de nota media. Lo siguen Jaume Collboni, con un 4,7; Elsa Artadi, con un 4,4, y la alcaldesa, Ada Colau, que recibe una puntuación de 4,3. A Mari Luz Guilarte le otorgan un 3,5; Josep Bou obtiene un 3 y Manuel Valls tiene un 2,7.
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