Cuando el periodista del New York Times, Sam Anderson, se enteró de la muerte del último macho de rinoceronte blanco del Norte, cogió un vuelo a Kenia para observar y narrar con detalle la vida diaria de las dos últimas representantes de esta especie, que desaparecería definitivamente de la tierra una vez hubieran muerto. La imagen indiferente de estos individuos frente al destino de su especie transmitió al reportero una sensación de paz, en un momento de incertidumbre global.
Core busca, a través de una investigación formal sobre distintos estilos de danza urbana (Krumping, Finger Tutting, Waving, Afro…), ofrecer la imagen del hombre que baila porque ha descubierto que, como lo expresa Paul Valéry, tenemos «demasiada energía para nuestros menesteres». Es decir, presentar la danza como exceso, como celebración derivada de la vida. Bailar hasta el agotamiento, bailar hasta el final porque tal vez ya no haya nada más que se pueda hacer.
Bailarín, actor, gestor cultural y licenciado en dirección escénica y dramaturgia por el Institut del Teatre de Barcelona, Gaston Core dirige la sala Hiroshima desde 2015. En esta pieza coloca al bailarín de danza urbana, Oulouy, fuera de su contexto urbano, en el centro de una sala de teatro, frente a un público de teatro. ¿No somos todos nosotros un poco como esa madre y esa hija de rinocerontes blancos, seres fuera de su contexto esperando indiferentes un final al que nos sentimos ajenos?
Una coproducción del Grec 2021 Festival de Barcelona y la Sala Hiroshima.
Con el apoyo del Centre Cívic Barceloneta.
Concepto y coreografía: Gaston Core Interpretación: Oulouy Colabora en la composición coreográfica: Aina Alegre Espacio sonoro: Jorge da Rocha Diseño de luces y dirección técnica: Ivan Cascon Documentación, fotografía y video: Alice Brazzit Estilismo: Eva Bernal Promoción y difusión: Haizea Arrizabalaga Coordinación y administración: Zuriñe Ruiz, Pau Masaló (Sala Hiroshima) Agradecimientos: Juanjo Villalba, Mario R.