Ella está enterrada; ella, en casa. Es el dolor de lo que ha pasado y no volverá a pasar. La sensación de estar en Siena, por ejemplo, y de recordar el hotel, la cama en la buhardilla de aquel hotel, el calor en la buhardilla de aquel hotel, el cuerpo en la cama en el calor de la buhardilla de aquel hotel. La vista sobre el campo soleado. O aquel día allí, llueve y el otro ya no está. Por tanto eso ha existido. Ella ya no existirá más. Y eso es insoportable.
Intèrpret: Marilú Marini i Marc Toupence; Posada en escena: Arthur Nauzyciel;