Sociología, antropología y movimiento se combinan en un montaje dedicado a la relación entre el cuerpo y el poder, que parte de las posturas del yoga, una poderosa industria que es, a la vez, símbolo de la espiritualidad de nuestros tiempos.
Hace un par de años, Aerowaves, una prestigiosa red europea de danza organizadora de un festival anual, seleccionó la obra Likes, una creación de Núria Guiu que dio a conocer definitivamente en nuestras tierras a una bailarina y coreógrafa de dilatada carrera. En Likes, que pudo verse por los escenarios de toda Europa, la artista hablaba sobre las redes, y el valor de los populares likes, proyectando una mirada fresca y apasionante sobre la era digital en la que vivimos. Tomaba como punto de partida los populares videos de cover dance (recreaciones de las coreografías de un videoclip) tan habituales en YouTube, y también los tutoriales sobre técnicas de yoga. En Spiritual Boyfriends, su nueva creación, Núria Guiu vuelve a examinar la práctica del yoga y la convierte en objeto de una investigación documental e iconográfica sobre la creación de las posturas que conocemos en Occidente y de qué manera imponen a nuestros cuerpos roles, normas y estructuras de poder al crear una cultura de la autodisciplina, la salud y la belleza. Se trata de saber cómo una práctica especialmente relacionada con el mundo interior y espiritual ha terminado convertida en una gran industria, y de qué manera las tecnologías digitales permiten hoy seguir difundiendo una práctica que hibrida la cultura india y las disciplinas físicas de origen occidental. Y es que la digitalización de estos tiempos tiene un papel destacado en la construcción de nuestros cuerpos y, especialmente, en la construcción de la mirada que proyectamos sobre ellos. Del mismo modo, influye en nuestro imaginario privado en relación con la espiritualidad o las relaciones amorosas que mantenemos.
Firma la propuesta una bailarina y coreógrafa salida del Institut del Teatre y que formó parte de IT Dansa, pero que también bailó con compañías internacionales del prestigio del Cullberg Ballet, la Batsheva Dance Company, la Jasmin Vardimon Company, La Veronal o la Compagnie Gisèle Vienne. Se ha adentrado en la creación de sus propios espectáculos con piezas como La muda y Portal, un solo creado en colaboración con el músico noruego Gisle Martens Meyer.
Una coproducción de Grec 2020 Festival de Barcelona, La Briqueterie (París) y Núria Guiu Sagarra.
Este espectáculo ha realizado residencias en la Sala Hiroshima (Barcelona), La Caldera Les Corts (Barcelona) i Graner - Centre de creació de dansa i arts vives, Cra’p (Mollet del Vallès) y La Briqueterie (París).
Agradecimientos: Claudia Mirambell, Alicia Kopf, Telemann Rec., Carles Decors, Claudia Brufau, Søren Evinson
Dirección, coreografía e interpretación: Núria Guiu Sagarra Acompañamiento artístico: Esther Freixa, Sònia Gómez Asesoramiento dramatúrgico: Lluc Ubach
Diseño de la escenografía y asesoramiento en vestuario: Lola Belles Foto y vídeo: Alice Brazzit Diseño de luces: Joana Serra Técnico: Sergio Roca Management: Fani Benages
