Una de las coreógrafas más transgresoras del panorama de la danza contemporánea catalana nos habla, en clave positiva, de la crisis que nos afecta y de cómo un momento crítico como este puede abrirnos la puerta a un mundo de posibilidades.
Decadencia, desolación, pérdida... son conceptos que, en el contexto de la crisis que afecta a Europa, se han convertido en parte de nuestro paisaje vital. Pero la pérdida puede ser, también, una oportunidad. Así lo ve Sol Picó en un espectáculo en el que la fantasía y el absurdo abren una puerta a la esperanza. Ella nos presenta unos personajes patéticos o insignificantes como una pulga que nos invitan a escapar de una situación asfixiante y a preguntarnos si avanzamos o huimos. Utilizando un lenguaje coreográfico lleno de sorpresas, los protagonistas tan pronto bailan una danza escocesa entre un mar de desechos como se meten dentro de una botella y se lanzan al mar en busca de un futuro mejor o intentan desaparecer con improvisados trucos de magia... Pura poesía para hablarnos de un presente que, demasiado a menudo, está falto de belleza e idealismo.
Direcció i coreografia: Sol Picó; Direcció teatral i dramatúrgia: Txiki Berraondo; Ballarins: Sol Picó, Valentí Rocamora i Torà, Carles Fernández Fuentes; Assistència a la coreografia: Xaro Campo; Textos: Rafael Metlikovez, Txiki Berraondo; Col·laboració artística: Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola; Disseny i interpretació: Joan Manrique; Construcció de l'escenografia: Joan Manrique; Assistència tècnica: Joan Manrique; Vestuari: Valèria Civil; Producció: Pia Mazuela, Daphné Malherbe; Vídeo: Ana Ballbriga, Alex Reig, Carles López Campmany; Disseny d'il·luminació: Sylvia Kuchinow; Disseny i construcció de l'ampolla: Al Víctor; Tècnic de so: Marc Thió; Textos de: Dos sonetos teológicos, d'Agustín García Calvo; Veu enregistrada: Al Víctor; Vídeo promocional: Óscar de Paz; Management i distribució: Agente 129; Comunicació: Núria Aguiló;
