En una de sus obras más conocidas, Après moi, le déluge, retrato personal e insólito de la relación entre el primer y el tercer mundo, la dramaturga Lluïsa Cunillé escindía la voz del narrador, entrando y saliendo del personaje. Y vuelve a emplear la misma técnica en este texto, una obra reciente tan dura como poética, para retratar una jornada en la vida de un chico. En este monólogo, el joven protagonista nos habla del trato que recibe de su abuelo, de su madre, de su hermano o de sus amigos, en una gradación que puede ir de la desatención a los abusos. Representa, con su testimonio, a toda una generación que se siente perdida y abandonada y que se ha encontrado con un mundo que no le gusta.
Nacida en Badalona en 1961, Lluïsa Cunillé se formó con José Sanchis Sinisterra en la Sala Beckett en los años noventa. En el año 2005 ganó el Premio Ciudad de Barcelona por la obra Barcelona, mapa d’ombres y, dos años más tarde, el Premio Nacional de Cultura de teatro por La cantant calba al McDonald’s. En el mismo año publicó la mencionada Après moi, le déluge. Con el director de este montaje, Xavier Albertí, ha escrito las obras Assajant Pitarra y El duo de la africana (2007) y comparte compañía: La Reina de la Nit. En el Grec, Lluïsa Cunillé ha presentado Jòquer y Libración (ambas en el mismo año 1994), además de La venda (1997), La cita (1999) y, en el TNC, El carrer Franklin (2015), por la cual fue finalista a los Premios Max.
Una producción de Atrium Produccions.
Texto: Lluïsa Cunillé. Espectáculo: Xavier Albertí. Interpretación: Alejandro Bordanove. Música: “Andante sostenuto” de la Sonata DV 960, de Schubert. Interpretación musical: Xavier Albertí. Iluminación: Xavier Albertí