Una joven compañía chilena rompe tabúes y desacraliza la historia reciente del país con una ficción política transgresora que busca reflexionar sobre el presente mientras nos habla del pasado.
¿No es la mesa del presidente Salvador Allende la que hay en medio del escenario? ¿Y no es la fachada del palacio de La Moneda la que se ve proyectada en el fondo? Sí, pero esto no es un relato histórico sobre los últimos momentos del mandatario socialista derrocado por Pinochet, sino una ficción políticamente incorrecta que parte del pasado para inducir a una reflexión sobre el presente... y quizás sobre el futuro. Aquí, un grupo de modernos ministros llegados del presente intenta asesorar a Allende para salvar a su gobierno y conseguir que el país se ahorre diecisiete años de una dictadura sangrienta. Sí, la insolencia y la transgresión son las autopistas por las que circula el espectáculo, que utiliza el humor, la crueldad y el sarcasmo como armas para hablar desde el escenario sobre un país que acaba de realizar la transición a la democracia . Ecologistas, estudiantes, minorías sexuales, mapuches... Todos estos colectivos han vuelto a salir a la calle pidiendo cambios políticos después de años en los que el debate social había quedado amortiguado por los acuerdos y las transacciones entre las fuerzas políticas. ¿Qué es Chile ahora mismo y qué querría ser? Nos responde una compañía nacida en 2008 que ha convertido la provocación en un deber.
Dramaturgia: La Resentida; Dirección: Marco Layera; Intérpretes: Diego Acuña, Benjamín Cortés, Carolina Maza, Luis Moreno, Pedro Muñoz, Carolina Palacios, Rodolfo Pulgar, Benjamín Westfall, Genís Casals; Composición musical: Marcelo Martínez; Escenografía: Pablo de la Fuente; Iluminación: Raúl Donoso; Sonido: Alonso Orrego; Vídeo: Raúl Donoso; Producción: Nicolás Herrera; Producción ejecutiva local: Velvet Events; Fotografía: Pablo de la Fuente;