Parece que siempre hayamos vivido en el siglo XXI, pero la Barcelona que habitaba la comunidad LGTBI en los años ochenta del siglo pasado era muy distinta de la actual. Lo veréis si dejáis que os cuenten la historia de José Tenorio.
Situaos por un momento en la Barcelona de hace medio siglo. En 1970 se había modificado la ley de peligrosidad social franquista para poder internar o someter a tratamiento psiquiátrico a las personas sospechosas de ser homosexuales, y hasta el año 1980 no se legalizaría el Front d’Alliberament Gai de Catalunya. No era una vida fácil la de quien se sentía atraído por alguien del mismo sexo ni resultaba recomendable hacerlo notar. Aun así, desde los años setenta ya se dejaba ver por la Rambla José Pérez Ocaña, que animaría con sus performances las Jornadas Libertarias del año 1977 en el Park Güell. Pero no todo el mundo se atrevía a hacerse notar como Ocaña en aquella Barcelona en la que estaba a punto de aparecer el sida. Lo sabe, por la experiencia del hermano de uno de sus abuelos, la directora y dramaturga Úrsula Tenorio. José Tenorio había nacido en Cádiz, fue el pequeño de ocho hermanos y, tras una escapada adolescente a Madrid, acabó viviendo su vida adulta en Barcelona. Por los trajes y pelucas que guardaba, quizás practicaba el transformismo, pero él mantenía la más absoluta reserva sobre sus actividades. A finales de los años ochenta, contrajo el sida y, todavía sin tratamientos efectivos contra la enfermedad, regresó al sur, se instaló en una casa vacía y vivió alejado de la familia y los amigos hasta que murió en 1993, sin que nadie hubiera llegado a poder hablar abiertamente de lo que le ocurría ni de cuál había sido la causa de su muerte. La historia de José es la de otras muchas personas que vivieron en la oscuridad una sexualidad disidente, de una manera que resulta difícil de imaginar hoy en día. Por eso, este montaje nos habla, en buena parte gracias a la experiencia de algunos pioneros de la lucha LGTBI en Barcelona, de flamenco y de transformismo, de la Barcelona nocturna de los últimos años setenta y los primeros ochenta y, por supuesto, también sobre el sida.
Firma el montaje Lalinea, un colectivo nacido en el Institut del Teatre que conecta a personas de varias especialidades y disciplinas que tienen la convicción común de que lo personal es, también, político.
Una producción del Teatre Lliure.
Con la colaboración del Centre LGTBI de Barcelona, Casal Lambda, Fundació Enllaç, GENI (UB), MEDUSA (UOC) y CC Parc Sandaru.
Autoría: Lalinea Dirección y dramaturgia: Úrsula Tenorio Interpretación: Alejandro Avrai, Aleix Castany, Goliarda Parda (Marcel Fenocchio), Úrsula Tenorio Interpretación musical: Sergio Camacho Escenografía: Enric Naudi, Úrsula Tenorio Diseño del vestuario: LaLínea Realización del vestuario: Marta Lofi, Aleix Garcia, Mariona Signes Caracterización de las pelucas: Manuel Pereira Diseño de la iluminación: Enric Naudi, Jordi Baldó Diseño del sonido / concepción sonora: Sergio Camacho Ayudantía de dirección: Andrea Pellejero Montaje audiovisual: Miguel Galván Producción ejecutiva: Rut Girona Asesoramiento en movimiento: Roberto G. Alonso Asesoramiento dramatúrgico: Albert Boronat Asistencia en la dirección: Gabi Jiménez, Gaia Bautista Han colaborado: Carme Pollina, Carme Vidal, Dèbora Cartañà, Emilio Tenorio, Ferran Pujol, Jaume Piqué, Joan Tallada, Joaquim Roqueta, Jordi Petit, Jordi Samsó, José Romero, Julia Cabrera, Leopold Estapé, Lidia Gómez, Luís Argudo, Luís Escribano, Maria Codina, Miguel Galván, Nazario Luque, Thais Morales, Vicenç Ferrer, Rafael Cáceres, Claudi Royo, Domingo Belart, Juanjo Martínez, Titiritrans, Discotecas años 70, 80 BCN, Jordi Neus, Cesc Girona, Tina Aguilar y Urati Lab