Id con cuidado la próxima vez que abráis la boca, porque las palabras más intrascendentes pueden revelar vuestros secretos más ocultos.
Hablemos de pizzas. O mantengamos una conversación cotidiana e insulsa de las que oímos en el metro todos los días. Y, si escuchamos con atención, tras cada palabra absurda, inocente o tópica quizás descubramos un relato sórdido, triste o desesperado. Es lo que hizo el británico Martin Crimp mientras transcribía cintas de entrevistas para un estudio de mercado. De aquel material nació una historia en la que las palabras más banales esconden realidades oscuras. Una mujer abandonada, una adolescente conflictiva o un supuesto pederasta hablan de temas aparentemente intrascendentes en diálogos rápidos, tensos, a veces incluso divertidos.
En el montaje de Carme Portaceli, las palabras de Crimp, una de las voces más notables de la nueva dramaturgia británica, se mezclan con elementos coreográficos y musicales para mostrar una doble realidad: lo que decimos y lo que intentamos ocultar.
Autoria: Martin Crimp; Traducció: Joan Sellent; Direcció: Carme Portaceli; Intèrprets: Gabriela Flores, Francesc Garrido, Albert Pérez i Maria Rodriguez, Martí Salvat, Diana Torné; Espai sonor: Jordi Collet Sila; Escenografia: Paco Azorín; Vestuari: Marta Rafa; Moviment escènic: Ferran Carvajal; Ajudant de direcció: Ricard Soler i Mallol; Cap de producció: Casiana Monczar; Audiovisual: Pedro Chamizo; Il·luminació: Maria Domènech; Producció executiva: Roger B. Sardà; Coreografia: Ferran Carvajal; Assistència a la coreografia: Marta Filella;