Entre 1891 y 1893, recién terminada la primera guerra de los boers, un coro sudafricano formado por jóvenes cantantes negros de ambos sexos emprendió una larga gira por Gran Bretaña, Canadá y EE. UU. con la que pretendían recaudar fondos para crear una escuela técnica en Kimberley, en la actual provincia del Cabo. La gira empezó en la metrópolis colonial y fue un gran éxito. Actuaron ante la reina Victoria, pero también para grandes masas de británicos que querían verlos y escucharlos, igual que harían unos meses más tarde los ciudadanos de Canadá y EE. UU. Aquel viaje, de hecho, permitió establecer unos vínculos con Norteamérica que serían básicos en el posterior desarrollo de la intelectualidad sudafricana. Las interpretaciones del coro no llegaron a ser nunca grabadas, aunque hace unos años se localizaron fotografías de los miembros de la formación captadas durante aquel largo viaje. Con este material, los músicos sudafricanos Thuthuka Sibisi y Philip Miller crearon una instalación fotográfica y sonora (The African Choir 1891 Re-Imagined) que se vio en Londres, pero también en el Museo del Apartheid de Johannesburgo, donde Gregory Maqoma quedó fascinado por la historia.
Al conocer el relato de aquella gira, el coreógrafo imaginó el espectáculo que ahora veremos, en el que mezcla las referencias a las políticas coloniales con las historias personales de los integrantes de aquel coro. ¿Qué debían de pensar al dejar su hogar hacia un destino incierto sin ni siquiera saber cuándo regresarían? ¿Cómo imaginarían aquel mundo de blancos que colonizaba la tierra donde habían nacido? Danzas tradicionales propias del pueblo xhosa y danza contemporánea se combinan con unos paisajes sonoros atmosféricos especialmente sugerentes y dan origen a un relato danzado y musical que habla, entre otras cosas, del papel que ha tenido Occidente a la hora de dar forma y explicar la historia sudafricana. Fronteras, migraciones e identidad son, también, elementos destacados de un montaje que adopta la forma de una especie de ópera que renuncia a la voz humana y que cuestiona desde el escenario la dialéctica que parece dividir el mundo entre Occidente y el resto de la humanidad. El reparto de Broken Chord se completa habitualmente en cada ciudad donde se representa con la participación de un coro local. En Barcelona, se tratará del Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana.
Firma el montaje uno de los coreógrafos africanos más conocidos y respetados que empezó a formarse en danza en 1990 y que en 1999 ya creaba su compañía, Vuyani Dance Theatre. Ganador de todo tipo de premios internacionales, tanto en Sudáfrica como en EE. UU. o Francia (donde en 2017 fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras), Maqoma ya había pasado por el Grec Festival de Barcelona en la edición de 2014, cuando presentó Lonely Together con el coreógrafo de Tortosa Roberto Olivan, a quien conoció cuando ambos estudiaban en la escuela Performing Arts Research and Training Studios (PARTS) de Anne Teresa de Keersmaeker.
La participación de Gregory Maqoma y su equipo ha sido posible gracias a Africa 2020 y el Institut Français.
Nuestro más sincero agradecimiento a la Cité internationale des arts y al Théâtre de la Ville de París, así como al IFAS de Johannesburgo.
Una coproducción del Grec 2021 Festival de Barcelona, Manchester International Festival, Theatre de la Ville - Paris, Weimar Arts Festival (National Theater), St Pölten Festspielhaus, Torinodanza Festival / Teatro Stabile di Torino - Teatro Nazionale, Festival Aperto / Fondazione I Teatri – Reggio Emilia, Stanford University y Vuyani Dance Theatre.
Concepción e interpretación: Gregory Maqoma Dirección musical: Thuthuka Sibisi Cantantes: Xolisile Bongwana. Zandile Hlatshwayo, Siphiwe Nkabinde, Tshegofatso Khunwane Con: Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana Diseño del vestuario: Laduma Ngxokolo Técnico: Oliver Hauser Sonido: Ntuthuko Mbuyazi Mánager en gira: Siyandiswa Dokoda Fotografía: Moeletsi Mabe