Dmitri Shostakóvich es el centro de un collage escénico que, empleando la música, la palabra y el movimiento, habla de la vida y obra del compositor pero, especialmente, de la relación que mantuvo con el poder.
El nombre de este espectáculo, que forma parte del ciclo "Escenes" de l'Auditori, hace referencia al fragmento final de una composición. La notación musical de la coda se utiliza también como símbolo para marcar una repetición. Por eso se convierte, en esta experiencia visual y sonora, en una metáfora de la repetición de los comportamientos: tanto de los que generan felicidad como de aquellos que nos hunden en la oscuridad y que tan a menudo han tomado la forma de una ideología autoritaria. Los regímenes fascistas, populistas o autoritarios, como por ejemplo la Unión Soviética de Stalin, enviaron al exilio o a la muerte a un buen número de artistas, entre ellos a muchos músicos. Vivió aquellos tiempos Dmitri Shostakóvich, un compositor brillante que tuvo que adaptar su arte a las circunstancias de su tiempo para poder sobrevivir. Vida, arte y política acabaron confluyendo en la existencia del músico, que incluyó en sus creaciones notas de ironía en las que, a la manera de un código secreto, podemos leer aún hoy su visión crítica hacia un régimen dictatorial y despiadado.
Como en tiempos de Shostakóvich, también hoy el mundo se agita entre pasiones. Quizás, como en aquel tiempo, todo es blanco o negro. Y ante la ausencia de matices y el riesgo de ser condenado, el silencio se impone. En una conversación o quizás en una obra de arte. ¿Fue Shostakóvich un colaboracionista, una víctima o un héroe? ¿O quizás lo fue todo y nada a la vez?
Se lo preguntan los integrantes de ATRESBANDES, un colectivo teatral que pone el acento en el proceso de creación de sus espectáculos (Solfatara, Locus Amoenus...), y que concibe el teatro contemporáneo como una especie de laboratorio del arte. En este montaje, cuentan con la colaboración del musicólogo Jordi Alomar, el pianista Gregori Ferrer y del Brossa Quartet de Corda, nacido para reivindicar los sonidos censurados y las músicas malditas e ignoradas. Siempre dispuestos a colaborar en proyectos innovadores, los integrantes del Quartet Brossa apuestan por la experimentación y por una multidisciplinariedad que los ha puesto en contacto directo con el teatro, la danza y la poesía, entre otras artes.
Una coproducción de L'Auditori y Grec Festival de Barcelona.
Con la colaboración de Graner Centre de creació, Centre Cívic Navas, Espai Maragall y Atrium Viladecans.
Dirección y dramaturgia: ATRESBANDES (Albert Pérez Hidalgo, Mònica Almirall, Miquel Segovia) Composición musical: Quartet Brossa y Gregori Ferrer, con la colaboración de Jordi Alomar, a partir de obras diversas de Dmitri Shostakóvich Interpretación: Mònica Almirall, Miquel Segovia, Imma Lluch, Aleix Puig, Marçal Ayats, Pere Bartolomé, Gregori Ferrer Espacio visual: Pau Masaló y Òscar Palenque, con la colaboración de Pirra Asesoramiento musical: Jordi Alomar