La obra ganadora del XXII Premio SGAE de Teatro 2013 transcurre en un aeropuerto abandonado, escenario de una crítica feroz en clave de tragicomedia a una política económica que ha generado situaciones grotescas.
Un vigilante jurado, la única persona que trabaja en un aeropuerto ya construido pero abandonado, se encuentra con un visitante que no esperaba: un viajero que, billete y maletas en mano, pretende volar a Bangkok, pese a que desde esta terminal aérea ya hace mucho que no despega avión alguno, si es que eso llegó a suceder alguna vez... A base de humor negro, un sarcasmo corrosivo y mucha ironía, el dramaturgo Antonio Morcillo critica sin concesiones un estilo de gestión que ha conducido al derroche de recursos y a situaciones surrealistas como las que recrea esta ficción escénica. Nacido en Albacete y licenciado en Dirección y Dramaturgia por el Institut del Teatre de Barcelona, ciudad donde vive, Morcillo es el director artístico de Perpetuummobile, asociación que en 2014 organizó el Festival de Dramaturgia sobre la Crisis PIIGS, incluido en la programación del Grec del año pasado. Es autor de piezas teatrales como Los carniceros (Premio de Teatro Marqués de Bradomín 1998), Despedida II (Premio SGAE de Teatro 2001) y En experimentos con ratas (Premio SGAE de Teatro 2007). Además, ha creado las dramaturgias de novelas como Dies meravellosos, de Jordi Coca, o Fratelli, de Carmelo Samonà, ambas estrenadas en el Teatre Tantarantana.
Autoria i direcció: Antonio Morcillo López; Intèrprets: Carlos lvarez-Nóvoa, Dafnis Balduz; Escenografia: Paco Azorín; Vestuari: Gimena Gonzalez Busch; Il·luminació: Kiko Planas (AAI); Ajudant de direcció: Òscar García Recuenco;