La lectura de libros, textos y poemas nos produce, a veces, una emoción que guardamos ya para siempre. En la noche del Convent de Sant Agustí quisiera yo compartir, con el público dispuesto a escuchar mis palabras, el caudal de sentimientos que un día emanaron de mis textos favoritos. Son palabras prestadas de autores magníficos, algunos no bastante reconocidos aquí; de otros, muy conocidos, he elegido los textos a los que no se ha dedicado demasiada atención. La conciencia de lo imperfecto de mi intervención habrá de quedar compensada con la calidad, y en algunos casos rareza, de los fragmentos elegidos. La remembranza en la noche de verano, en el Convent, de los grandes de la literatura podrá, tal vez en un relámpago, proporcionarnos algunos momentos mágicos.