Nacido el 1941 en Mallorca, Biel Moll vivió gran parte de su carrera en Barcelona, dónde participó activamente, desde los años setenta hasta su muerte, el febrero del 2009, en algunas las propuestas teatrales más interesantes que tuvieron la ciudad como escenario. Con la Compañía Adrià Vado se hizo cargo de la adaptación de Muerte de dama, obra de Llorenç Villalonga que dirigió Ricard Salvat, trabajó como actor en la Primera història de Esther de Salvador Espriu y, en complicidad con Guillermina Motta, participó en los espectáculos Baraja, niña y Tango.
Una estancia en Madrid le permito trabajar el 1975 como actor a Equus, dirigido por Manolo Collado, hasta que vuelve a Barcelona para ponerse a las órdenes del entonces director teatral Ventura Pons e interpretar, con Oriol Tranvía y Christa Leem, el musical The Rocky Horror Picture Show, que se pudo ver el año 1977 en el Teatro Romea.
Al final de los años setenta se vincula al Teatre Lliure, del cual fue director adjunto, trabaja en el Festival Internacional de Sitges y, entre el 1980 y el 1983, se hace cargo de la dirección del Grec, un periodo durante el cual pasarían por el festival desde Dario Fo hasta Lindsay Kemp o Mario Gas, que lo había dirigido en algunos de sus trabajos como actor.
Gas fue nombrado el 1989 director del Festival de Otoño, organizado por la Olimpiada Cultural, y reclamó la presencia de Moll como responsable de una programación teatral que, del 1989 al 1992, trajo a la ciudad espectáculos de grandes creadores, directores e intérpretes europeos, entre ellos Bergman, Patrice Chereau, Maurizio Scaparro, Irene Papas o Jérôme/ Savary, además de Josep Maria Flotats, Núria Espert o Lluís Pasqual, entre otros.
En la etapa de Xavier Albertí como director del festival (1996-1999) volvió a formar parte del equipo responsable del Grec como subdirector, y contribuyó a una gran renovación del festival.
Desde el año 2000 y hasta el momento que se jubiló, el 2006, puso en marcha el departamento audiovisual del Gran Teatre del Liceu. El 2006 había hecho su última interpretación para el cine en el Coronel Macià, dirigida por Josep Maria Forn, con la cual ponía fin a una carrera paralela que lo había llevado a participar como actor en films como por ejemplo Companys, procés a Catalunya (Josep Maria Forn, 1979), El vicari d'Olot (Ventura Pons, 1981) o Bar-Cel-Ona (Ferran Llagostera, 1987), entre otros.
Nacido el 1941 en Mallorca, Biel Moll vivió gran parte de su carrera en Barcelona, dónde participó activamente, desde los años setenta hasta su muerte, el febrero del 2009, en algunas las propuestas teatrales más interesantes que tuvieron la ciudad como escenario. Con la Compañía Adrià Vado se hizo cargo de la adaptación de Muerte de dama, obra de Llorenç Villalonga que dirigió Ricard Salvat, trabajó como actor en la Primera història de Esther de Salvador Espriu y, en complicidad con Guillermina Motta, participó en los espectáculos Baraja, niña y Tango.
Una estancia en Madrid le permito trabajar el 1975 como actor a Equus, dirigido por Manolo Collado, hasta que vuelve a Barcelona para ponerse a las órdenes del entonces director teatral Ventura Pons e interpretar, con Oriol Tranvía y Christa Leem, el musical The Rocky Horror Picture Show, que se pudo ver el año 1977 en el Teatro Romea.
Al final de los años setenta se vincula al Teatre Lliure, del cual fue director adjunto, trabaja en el Festival Internacional de Sitges y, entre el 1980 y el 1983, se hace cargo de la dirección del Grec, un periodo durante el cual pasarían por el festival desde Dario Fo hasta Lindsay Kemp o Mario Gas, que lo había dirigido en algunos de sus trabajos como actor.
Gas fue nombrado el 1989 director del Festival de Otoño, organizado por la Olimpiada Cultural, y reclamó la presencia de Moll como responsable de una programación teatral que, del 1989 al 1992, trajo a la ciudad espectáculos de grandes creadores, directores e intérpretes europeos, entre ellos Bergman, Patrice Chereau, Maurizio Scaparro, Irene Papas o Jérôme/ Savary, además de Josep Maria Flotats, Núria Espert o Lluís Pasqual, entre otros.
En la etapa de Xavier Albertí como director del festival (1996-1999) volvió a formar parte del equipo responsable del Grec como subdirector, y contribuyó a una gran renovación del festival.
Desde el año 2000 y hasta el momento que se jubiló, el 2006, puso en marcha el departamento audiovisual del Gran Teatre del Liceu. El 2006 había hecho su última interpretación para el cine en el Coronel Macià, dirigida por Josep Maria Forn, con la cual ponía fin a una carrera paralela que lo había llevado a participar como actor en films como por ejemplo Companys, procés a Catalunya (Josep Maria Forn, 1979), El vicari d'Olot (Ventura Pons, 1981) o Bar-Cel-Ona (Ferran Llagostera, 1987), entre otros.