Prólogo: Slight Chance de Pilvi Takala
El programa El texto: principios y salidas se acerca a las relaciones emocionales que se establecen entre quien es- cribe y quien lee. Leemos algunas páginas de una novela en la cama justo antes de dormir, permitimos que las palabras nos inunden. En cambio, la exposición ofrece una distancia más fría, no paseamos por ella desde la ensoñación, pero en ella encontramos también algunos retos conceptuales y pasionales que nos permiten escapar del ritmo habitual.
El texto: principios y salidas se compone de cinco exposiciones, grupos de trabajo, actividades complementarias y un proyecto educativo. Las cinco exposiciones se organizan a modo de libro, empezando con un prólogo —esta exposición— y terminando con un epílogo.
El prólogo es una tipología de texto que delega en otro la presentación y apertura del libro. Una tercera persona capaz de presentar de un modo indirecto pero esencial las intenciones de la narración principal. Un arranque que nos marca situaciones temporales: el libro contiene el libro en sí más otra mirada justo al empezar. Al terminar algunos libros encontramos la fórmula del epílogo, una suerte de recapitulación que, tras la lectura completa de todo el relato, permite cerrar el ejercicio de comprensión del mismo desde otra nueva posición temporal, volviendo a repasar para recordar y abrir posibilidades.
La exposición Slight Chance de Pilvi Takala (Finlandia, 1981), comisariada por Theodor Ringborg en Bonniers Konsthall de Estocolmo, y ampliada y adaptada para Fabra i Coats - Centre d’Art Contemporani de Barcelona a modo de prólogo, supone la primera incursión textual del programa a través de una artista que trabaja básicamente con imágenes y tiempo. Una muestra individual con obras que reflejan una manera directa e intuitiva de abordar el trabajo artístico. Un análisis de raíz sociológico tratado desde la performan- ce que la artista, siempre a caballo entre la ingenuidad y la malicia, desarrolla en el espacio público para forzar situa- ciones anómalas y ajenas a las normas que rigen nuestro orden social, político o económico. Situaciones que deman- dan de todos aquellos implicados un nuevo e inesperado ejercicio de renegociación —más o menos amable, más o menos incómodo— de lo acontecido.
Pilvi Takala se convierte en su propio personaje. En muchas de sus obras es ella quien pasea frente a la cámara, quien —desde cierta actitud pasiva— logra desencadenar desconcierto o reacciones airadas. El personaje se convierte en el centro de la acción por el simple hecho de aparecer en un entorno cuando no es el momento para tal aparición. El entorno, y la concepción que tenemos de ello, pasa a ser cuestionado cuando alguien interactúa del modo “equivocado”: pasear con una bolsa transparente llena de dinero por un centro comercial, vestirse de Blancanieves delante de la puerta de Disneyland para saludar a la gente, representar a jugadores profesionales de póquer on-line que aplican los códigos del juego en las situaciones más irrelevantes de su cotidianidad...
Takala provoca desde una posición aparentemente débil, abriendo la posibilidad de preguntar quién actúa, quién tiene derecho a ser, cómo puede ser que una chica supuestamente tímida pueda desencadenar reacciones de todo tipo. La habilidad de la artista reside en la elección del momento y el lugar, en tener controlada la posibilidad de un caos. En las probabilidades existentes para que dicho caos exista o se desvanezca sin más. Ella no hace nada, simplemente es. Y observa. Y es un personaje, un elemento literario, una pequeña narración que rompe el día a día.
David Armengol y Martí Manen, comisarios del programa El texto: principios y salidas