Capítulo III. Manifiesto. Arte hoy, ante las dudas
CHTO DELAT / FERRAN GARCIA SEVILLA / RUBÉN GRILO / NÚRIA GÜELL / SASKIA HOLMKVIST IRATXE JAIO & KLAAS VAN GORKUM / MARIONA MONCUNILL / WILFREDO PRIETO + Esther Ferrer / Martha Rosler / Guerrilla Girls
Exposición comisariada por David Armengol y Martí Manen, como parte del ciclo El texto. Principios y salidas.
Un puñetazo encima de la mesa. Un gesto fuerte. Reclamar algo a gritos. O a susurros, quién sabe. Una declaración de intenciones que aúna y representa una voluntad específica.
III. Manifiesto. Arte hoy, ante las dudas es el tercer capítulo de El texto: principios y salidas, un programa de exposiciones y actividades dedicado al análisis de posibles modos de escritura en arte contemporáneo. Si en el primero nos acercábamos a la observación subjetiva de la realidad mediante el ejercicio de la crónica y en el segundo abordábamos la huída a través de la ficción, el tercer y último capítulo explora el compromiso directo con el presente y la fuerza ideológica del manifiesto. Un formato de raíz política y artística entendido como escritura, como tábula rasa, como lugar desde el que definir una explosión del pensamiento y de la acción ante nuestro entorno.
Un manifiesto, para que sea realmente un buen manifiesto, precisa ser un punto de partida, una posibilidad, una creencia fuerte. Abrir mundos, concretizar propuestas, unirse a aquellas personas que también participarán, amplificar su radio de acción. El manifiesto parte de un razonamiento que es necesario comunicar, exponer y seguir. También requiere de una firma, de una voz, de un modo de ser. Entender una obra de arte como manifiesto incorpora en su formalización un proceso amplio de maduración conceptual. La lectura de una imagen, un objeto, un espacio o una acción como manifiesto implica ser conscientes de que en ese ítem comunicativo hay un deseo de afirmación y un posicionamiento compartido y firme. La lectura de lo artístico como manifiesto reclama creer y confiar en la potencia de aquello que —ya sea por novedoso, por justo, por necesario o por oportuno— es capaz de aportar una actitud particular ante una realidad que nos interpela. En definitiva, el manifiesto no está hecho para callar bocas, no. El manifiesto está planteado para abrir consciencias, para desmontar principios adquiridos, para ser en sí una revolución. Revolución a pequeña o gran escala, ya se verá.