Un privilegio. Y como que lo es, es menester decirlo: Todo un privilegio. Y lo es porque Queralt Lahoz es la primera artista que ha creado un espectáculo, De la cueva a los sonidos, que solo podrá verse en escenarios del Barcelona Districte Cultural como el CC Albareda. Que nacerá y morirá en ellos. Solo por eso ya sería un lujo haberlo podido programar y haberlo podido disfrutar. Pero es que hay más. Y este más marca -y mucho- la diferencia. En De la cueva a los sonidos, Queralt Lahoz no solo interpreta los temas de su primero EP, 1917, y avanza algunos que tienen que conformar su segundo trabajo discográfico, que tiene previsto publicar esta primavera, sino que también los explica (cómo y de dónde nacen, cómo y por qué crecen) y al explicar sus canciones se explica a ella misma: se explica como artista que no quiere ser "copia de la copia de la copia" y también como persona que no olvida el lugar del que viene y en el que se ha criado y que rinde tributo a las mujeres de su familia que la han hecho cómo es y a su memoria, que es también la memoria de otras muchas mujeres que han tenido que luchar en el pasado: mujeres que sufrieron la guerra y que lo perdieron todo, mujeres que tuvieron que crecerse para subir en solitario a sus hijos...

Queralt Lahoz empieza su concierto con sus fotos de infancia (después mostrará las de su familia, la de sangre y la de música para agradecerles haber llegado hasta dónde ha llegado). Y lo acaba con un bolero, De la cueva a los olivos -el tema que ha inspirado el título del concierto-. Un bolero presagio de la melancolía que, acabado el concierto, sentirá todo aquel que haya compartido esta cueva que Queralt ha querido mostrar y donde el espectador querrá volver una y otra vez.