"Todos somos islas que, a veces, nos reunimos formando archipiélagos"
“Siempre hay alguien abrazándose sobre el escenario”, explica con un cierto orgullo Jorge-Yamam Serrano, director de Encreuaments a Vanuatu, una creación colectiva que se ha cocido a fuego lento en las salas de ensayo de la Sala Beckett a partir de una receta elaborada por muchas manos: las de la dramaturga Lali Álvarez, las de los artistas de Hangar y La Escocesa y las de un importante grupo de actores (cerca de la veintena) de procedencias diversas: unos son profesionales o están en proceso de serlo (muchos de ellos se encuadran en Els Malnascuts), mientras que otros son debutantes procedentes de la Fundació Joia, una entidad dedicada a la inserción de personas con trastornos mentales. “En Encreuaments a Vanuatu hablamos de las conexiones que somos capaces de establecer entre unos y otros, hablamos en definitiva del amor”, añade Jorge-Yaman.
Explica también el director que Vanuatu, el archipiélago de islas situado cerca de Australia que da título a la obra y también le sirve de escenario, no deja de actuar como una metáfora o más bien varias metáforas reunidas. La primera que cita Serrano es que "todos somos islas que, a veces, nos reunimos formando archipiélagos" aunque siempre estemos solos y rodeados de mar; apunta luego el aislamiento a que, en ocasiones, relegamos a las personas con enfermedades mentales; y añade también que esa isla del título tiene mucho de la isla que durante meses han creado para su único disfrute la tarde de los jueves, tardes en las que todo el equipo se reunían para hablar y ensayar, tardes en las que se ha ido fraguando esta historia que bebe de la realidad para construir una ficción.
Jorge-Yamam se integró en esas reuniones cuando Lali Álvarez terminó de escribir la historia. Y su trabajo como director ha sido conseguir levantarla escénicamente y que los actores acaben por dotarla de vida. En ese trabajo, admite, ha tratado a todos sin tener en cuenta quién tenía experiencia y quién no la tenía, quién era profesional y quién no lo era. “Se trata de trabajar con cada uno según sea su instrumento. Y todos son distintos, más allá de que tengan o no tengan unos conocimientos previos de técnica interpretativa. Los actores que proceden de Joia carecen de esa técnica, pero pueden aportar una singularidad y una humanidad increíble”. Y ese elemento es imprescindible puesto que, en el fondo, de eso tratan estos Encreuaments.