Borja González recuerda que aprendió a dibujar casi al mismo tiempo que aprendía a andar. "Sólo tenía tres años", dice quien es ahora el alma de la compañía Borja Ytuquepintas y que continúa dibujando a pesar de que ahora lo haga empleando una técnica muy especial: hace dibujos con arena y con ellos construye sueños.
"Estudié Bellas artes, Diseño... Y, después, empecé a interesarme por el circo, la danza y el teatro. Entonces llegó el momento en qué intenté sumar todas estas disciplinas encima el escenario y fui probando: hacía acrobacias mientras pintaba... Experimentaba. Hasta que un día conocí a un japonés que dibujaba con arena y su técnica me fascinó. Durante un año investigué y, cuando ya lo tuve controlado, empecé a hacerlo yo en los escenarios", explica Borja que en sus Somnis de sorra no sólo hace dibujos, sino que también manipula títeres gigantes y hace acrobacias al ritmo que marca la música en directo de un piano.
Pero ¿cómo dibuja Borja? Él lo hace sobre una especie de mesa de luz que él mismo ha construido. Y sus creaciones se proyectan en una pantalla para que los espectadores puedan disfrutarlas. Y ¿qué pinta? En Somnis de sorra tiene una parte fija, la que resigue la historia de dos niños en su camino hacia la madurez: "Primero dibujo sus sueños, sus deseos; después las experiencias que viven, los lugares que conocen, los escenarios de sus viajes..." Y otra que varía en cada representación según la ciudad que les acoja.
"Este es un espectáculo que me salió del corazón. Cuando lo creé tenía la impresión que se estaba abusando de la crítica a los escenarios y yo quise, en cambio, hablar de los sentimientos; algo que todo el mundo puede disfrutar, ya sean los niños, sus padres o sus abuelos", añade este creador que nació en La Rioja y que está recorriendo mundo con sus dibujos de arena: hace nada que ha vuelto de Atenas.