Papeles bajo los que no quedar enterrado
Salir de la oscuridad, buscar la luz, aspirar tan sólo a ser quién eres y no aquel que dicen tus papeles... Y no poder... y tener que correr... y llegar al lugar que confiabas sería tu meta, pero tener que seguir corriendo... Aunque ya no sepas dónde.
Anthony Kmeid construye en Los papeles el retrato de una identidad y la imposibilidad de mostrarla ni de demostrarla. Nacido en el Líbano, los papeles que le le dieron al nacer, sentenciaron quién tenía que ser aunque él quisiera ser otro; decidieron en qué dios tenía que creer aunque él no creyera en ninguno; señalaron de quién se tenía que enamorar aunque él hubiera elegido a otro... Y todos aquellos papeles, los que tanto habían mentido, son los que tuvo que reunir para conseguir abrir la puerta de salida de su país, la que debía conducirle hacia un mundo que él creía que no lo obligaría a mentir nunca más, a esconderse nunca más, a tener que tener miedo nunca más.
Anthony Kmeid construye con estos mimbres, los de su vida, un espectáculo donde mezcla la danza, la palabra y las imágenes proyectadas en una pantalla, las luces y la música, para construir imágenes llenas de poesía, de sentimiento y de denuncia en las que, en ningún momento, se intuye la más pequeña dosis de maniqueísmo.
Son los suyos unos papeles tan honestos como poéticos, unos papeles que le tendrían que abrir todas las puertas que él decidiera franquear .